viernes, 21 de marzo de 2014

La victoria electoral del FMLN

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EL FMLN: LA VICTORIA HOY ES LA SEÑAL DEL FUTURO

A la memoria de mi hermano Mario Ernesto caído en la lucha revolucionaria y en recuerdo de todos mis hermanos y hermanas que dieron su vida por la noble causa de la justicia, la libertad y la igualdad. Gracias por su generosidad.

Oscar A. Fernández O.

La ultraderecha y sus patronos los oligarcas-burgueses vernáculos, que aunque mermados, subsisten, están acostumbrados en éste y otros países de América Latina, a que cuando ven amenazado su poder tradicional, dan golpes de Estado y asesinan gente. Hay que recordarles a estos señores y a sus cada vez menos inteligentes testaferros políticos, que hoy vivimos otros tiempos, tiempos de cambios y auge de fuerzas progresistas y revolucionarias, tiempos de construcción de democracia y pluralismo popular, y que precisamente la lucha electoral es una parte de los mecanismos de la estrategia para quitarles el poder y disponerlo al servicio del pueblo, como siempre debió haber sido. 

La expansión capitalista exige la imposición del libre mercado y en consecuencia el desmonte del Estado Nacional, obligando a nuestros países al pago de la llamada deuda externa, sometiendo a nuestros pueblos a la explotación, el hambre y la miseria. En la búsqueda de este objetivo se nos impuso el recetario del Fondo Monetario Internacional (FMI). Nuestros pueblos sufrirían el impacto de las privatizaciones de las empresas del Estado, la desregularización laboral, la eliminación de los subsidios, la liberación de los precios y de las tasas de interés, el incremento sustancial de las tarifas de los servicios públicos, la pérdida de las conquistas en materia de seguridad social, la reducción de la inversión social, entre otros. La aplicación de estas medidas impactó las condiciones de vida de la gran mayoría, generalizándose el descontento y provocando la reacción de los pueblos. Los pueblos perdieron la confianza en los gobiernos, en los partidos derechistas y en las instituciones burguesas.

Esta victoria del FMLN en El Salvador, la consolidación del Sandinismo en Nicaragua, el avance sin precedentes en Honduras del Partido Libertad, formado por fuerzas progresistas y revolucionarias, y el insólito caso costarricense dónde la derecha se retira del proceso electoral que se desarrolla en segunda vuelta, después de perder apoyo popular, nos evidencia un giro a la izquierda en la política centroamericana y refuerza el avance político de las fuerzas democráticas y revolucionarias en América Latina.

Conectado con la decepción de los electores, en los últimos años, ante el incumplimiento de las promesas de crecimiento y estabilidad que acompañaron a las reformas estructurales basadas en el Consenso de Washington, se consideran tres factores adicionales, para el avance del FMLN. El primero es el proceso de construcción de un modelo social alternativo y de política económica, que sienta las bases para una transformación a largo plazo, del sistema capitalista depredador, que tiene a su base la maduración de las fuerzas productivas dentro de unas condiciones reales que no se pueden ignorar. No podemos dejar de ver la realidad actual, la situación de América Latina y del mundo entero, han cambiado enormemente en relación a la época que vivieron el Che y Fidel. El segundo es el fuerte efecto potencial que ha producido en amplios sectores sociales y políticos de América Latina, el avance del proceso revolucionario en Venezuela liderado por y el PSUV y su fundador Hugo Chávez (QEPD), el cual ha generado una respuesta contrarrevolucionaria brutal que ya hemos analizado en otros escritos, auspiciada por poderosas fuerzas foráneas, llevándonos a una campaña sediciosa en la que el poder tradicional conspira para acabar con las fuerzas democráticas y revolucionarias y recuperar sus viejos privilegios. ¿Piensan hacer lo mismo en El Salvador? debemos preguntarle a la oposición pro-oligárquica-burguesa. El tercero es el crecimiento de la pobreza, de la marginación y de la frustración, que han creado sociedades brutalmente polarizados entre la opulencia de pocos y la penuria de las masas.

En este sentido, un asunto de capital importancia en este contexto, consiste en esclarecer que la presencia cada día mayor de los movimientos y las fuerzas populares como actores políticos, es un desafío a la vieja democracia representativa y una verdadera oportunidad para ventilar y consolidar los avances democráticos ya conseguidos a través de una nueva ola de democratización alternativa.

Los partidos tradicionales enfrentan un desafío "desde arriba" por el debilitamiento del Estado como referente de la acción social; lo enfrentan también "desde el medio" por los propios problemas de reorganización del sistema partidista; y puede decirse que lo enfrentan también "desde abajo", por las nuevas organizaciones y movimientos que parecen debilitar su papel en la sociedad. Pero el FMLN, a pesar de sus más acérrimos críticos, ha sabido superar estos escollos y reafirmarse como el partido de la gente, del pueblo, de los excluidos y marginados, de los eternamente invisibilizados. Es el partido de las mayorías y esto no es poesía…es demostración.

En El Salvador, estas elecciones confirman el crecimiento de simpatía y concordancia, de una gran parte de la población, con la visión de país que ha comenzado a forjar el FMLN. Hemos de profundizar una política social que revalide las actuales acciones que en este campo ha realizado el presente gobierno, también impulsado por el Frente, y si como lo hemos dicho, logramos acompañarlo de una fase de crecimiento económico, seremos un ejemplo para la región centroamericana. Esto sin duda es un gran reto a la imaginación y la creatividad política. Debe ser la utopía realizable.

Pero, no se puede avanzar hacia los cambios estructurales, decía nuestro recordado camarada Schafik Handal, si no es por la vía de la transformación democrática, junto al pueblo, por la vía de la justicia social.

Hoy después del apretado triunfo electoral en el que nuevamente ha vencido el Frente, habría que destacar varios componentes: primero, que la derecha volvió a unirse frente a su enemigo el FMLN, es decir que el FMLN venció a la derecha unificada para esta segunda vuelta electoral. Segundo, la oposición derechista, sobretodo el partido de los fascistas y oligarcas-burgueses, incurrió en todo tipo de patrañas y amaños, para lograr incrementar su voto; lamentablemente las campañas mediáticas deformadoras de la verdad, lograron impactar en las aún débiles reflexiones de algunos sectores de la llamada “clase media”. Tercero y esto lo afirmo relativizando el término, parece que por momentos nos atuvimos de los resultados muy favorables obtenidos en la primera vuelta, en la cual, de no haber sido por esos inventos confusos de la democracia burguesa (segundas vueltas) ya se demostraba una victoria definitiva y contundente. La mayoría había hablado, entendiendo que la mayoría no es el cincuenta por ciento de los electores, pues estos se dividen en las distintas opciones.

Lo que debe destacarse dentro de este épico triunfo del FMLN, es el hecho inédito en América Latina, que el presidente y vicepresidente electos de nuestro país, son dos luchadores sociales, revolucionarios históricos, con quienes hemos batallado por más de cuarenta años por construir un El Salvador justo, libre y soberano, ofreciéndoles a las fuerzas progresistas y a aquellos que quieran un mejor El Salvador, que nos acompañen en esta titánica e histórica tarea de construirlo juntos.

Por eso y muchas cosas más, hay que terminar de darle a esa derecha recalcitrante, el remate político en la batalla que se avecina en 2015, para tomar y reforzar las alcaldías y la Asamblea Legislativa, desde donde debe apoyarse el camino a la democracia alternativa y al poder popular, trazando las líneas que configuren el nacimiento de un nuevo estado verdaderamente democrático. 

No podemos perder de vista, que en términos supranacionales, frente al brutal capitalismo globalizado y formulando como hemos dicho, una proyección a largo plazo, no queda otro camino sino es como un bloque integrado latinoamericanista. No se trata de un mero voluntarismo, al decir de Garretón (2006), hay que enfrentar los problemas más urgentes, pero que implican siempre el predominio de la dimensión política.

¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!
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Rediseñar el Contrato Social

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REDISEÑAR EL CONTRATO SOCIAL
Oscar A. Fernández O.

“El poder que rige a la sociedad es la voluntad general que mira por el bien común de todos los ciudadanos.” J.J. Rousseau

Cómo nuestro enfoque epistemológico es predominante marxista, debemos de entender que los procesos históricos han madurar y crear las condiciones objetivas y subjetivas para efectuar los saltos de calidad auténtica que permitan a los pueblos profundizar los cambios sociales necesarios. Apelando a dicha tesis, exponemos a continuación la necesidad de construir un Estado verdaderamente democrático, que sirva de transición para fundar un mejor El Salvador, lo cual es absolutamente procedente y necesario.

El asunto del Estado es quizás una de las materias más estudiadas y debatidas en el campo intelectual del marxismo y en el terreno político y cultural de las izquierdas, toda vez que resume y concentra algunas de las problemáticas fundamentales de nuestro modelo y se encuentra en el núcleo del proyecto socialista: la cuestión del poder, del sujeto histórico, de la revolución, de las formas de conquista del poder, del rol de la fuerza política, la lucha de clases y la transformación revolucionaria de la sociedad.

En el llamado Estado moderno, éste y el mercado son instituciones complementarias. El Estado –el sistema constitucional y la organización o aparato que lo garantiza– es la principal institución que coordina las sociedades modernas, el principal instrumento a través del cual las sociedades democráticas moldean el capitalismo para poder alcanzar sus objetivos políticos. El mercado es una institución basada en la competencia que, bajo la regulación del Estado, contribuye a la coordinación de la economía. Desde fines de los 80, el neoliberalismo lanzó un asalto al Estado (y también al mercado) desde la teoría neoclásica y la teoría de la elección pública, que se convirtieron en una meta-ideología de la época

Aunque el ataque fue feroz, la actual crisis económica y la profundización de la pobreza mundial, confirma la necesidad de reconstruir el Estado y buscar una nueva complementariedad con una nueva forma de mercado, justo y solidario.

Las condiciones críticas y las tendencias inéditas que actualmente muestra el sistema rebasan ampliamente el balance de tensiones históricamente conocidas durante toda la evolución del modo de producción capitalista desde sus orígenes.

Las implicaciones que se desprenden de la actual crisis del Capitalismo son radicalmente expresivas de la época de crisis civilizatoria que encarna el neoliberalismo. No hay que olvidar tampoco que la manera como se pretendieron sortear las crecientes contradicciones y la sobrevenida crisis del capitalismo de postguerra, especialmente, el agotamiento del Estado de Bienestar y el modelo de acumulación fordista a nivel planetario (principalmente en los países centrales pero siempre en correlación a las periferias capitalistas) fue articulada bajo la contra-revolución neoliberal. (Socarrás: 2014)

En el modelo neoliberal se ha perdido definitivamente el pacto social por las que muchas veces en su historia, ha luchado el pueblo salvadoreño, desde que la oligarquía salvadoreña fundará un Estado a su conveniencia. Las fuerzas políticas ya no buscan acuerdos para encontrar caminos que lleven a un beneficio social, ahora impera la ley del más fuerte, nos domina el mercado y los intereses financieros del capital especulativo, el hombre como lo hemos dicho, dejó de ser el homo social y se convirtió en el homo económico. El ser humano ha sido cosificado y como tal, hipotecado.

No obstante el avance en materia constitucional y democrática, que significaron los Acuerdos de Paz firmados por las partes en conflicto, estos no alcanzaron para reconstruir (o rediseñar) un nuevo contrato social pactado por el pueblo salvadoreño. Las reformas constitucionales, rápidamente perdieron efectividad y la oligarquía burguesa impuso sus intereses de nuevo, durante veinte años, hasta que fueron desplazados por el FMLN y la fuerza popular democrática a través del voto.

Para nosotros está claro que lo declarado en el texto constitucional, no es lo que se practica, para nosotros está claro que el modelo neoliberal vigente desde hace varios años, desde que gobernaba el partido ultraderechista, que proclama al mercado como el supremo hacedor y rector de todo lo que se hace y se deja de hacer, que proclama la ganancia y no la persona como el fin y objetivo del Estado, que proclama la superioridad del interés privado (propiedad privada) sobre el interés social y el interés público, ese modelo es contrario a la Constitución, viola la Constitución. Dicho en pocas palabras: el modelo neoliberal es inconstitucional. Así definía Schafik Handal, el triste panorama en que fue sumido al Estado, por los oligarcas y sus tecnócratas aprendices de políticos.

Basado en ello, es meritorio pensar que el contrato social que solo existió en apariencia, deba ser repensado con el fin de rescatar la naturaleza política y social del Estado. Este camino se ha comenzado a transitar y se profundizará con el nuevo gobierno. Podemos definir al Estado como “la comunidad de seres humanos fijada sobre un territorio determinado y que posee una organización de la que resulta para el grupo, considerado en las relaciones con sus miembros, una potestad superior de acción, de mando y de coacción” (Carré de Malberg)

Esta definición normalizada, es claro ejemplo de una perspectiva amplia de Estado, constituido por tres elementos o condiciones existenciales: la población (dato demográfico o sociedad), el territorio y el poder (Estado en sentido estricto: gobierno, aparatos y ramas de poder). Aunque una teoría meramente jurídica es insuficiente para el análisis del Estado como forma de organización social, la doctrina jurídica nos ofrece un marco para el análisis no sólo del Estado como órgano de producción normativa, sino de esa totalidad o unidad política.

El Estado de Derecho excede un simple conjunto de normas constitucionales y legales, pues involucra a todos los ciudadanos, no sólo a diputados que legislan, al orden legal o a políticos que gobiernan, hemos sostenido desde hace mucho. La existencia de un verdadero Estado de Derecho (Rechtsstaat: I. Kant) se mide en el funcionamiento de las instituciones y en la praxis política cotidiana. El Estado de Derecho teóricamente, suministra la libertad para el libre juego de pensamiento y acciones y debe permitir las modificaciones y cambios que el proceso social requiera. No existen pues las llamadas “normas pétreas” o escritas en piedra. Nada en esta vida está escrito en piedra. El Estado de Derecho excede el campo de lo jurídico para tocar el terreno de la política y la ética, pues existen derechos naturales de las personas, que son inalienables. 

Es indiscutible, entonces, la relación entre derecho y política. El derecho debería de emanar de la voluntad de los pueblos no de una élite económica, así el Estado estaría realmente limitado en su acción, por los derechos que esa voluntad encarna. El logro del bien común es el objetivo genérico del derecho. Si bien la democracia es una forma jurídica específica no puede limitarse a garantizar la alternancia en el poder de las diversas expresiones políticas, sino que debe avanzar en la institucionalización de principios y valores de justicia social equitativa.
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jueves, 6 de marzo de 2014

Salario Mínimo en El Salvador

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SALARIO MÍNIMO EN EL SALVADOR
VIGENTE DESDE EL PRIMERO DE ENERO DEL 2014
  • TRABAJADORES AGROPECUARIOS, $ 113.70 MENSUALES.
  • TRABAJADORES DEL COMERCIO Y SERVICIO, $ 202.80 MENSUALES.
  • TRABAJADORES EN MAQUILA Y CONFECCIÓN, $ 242.40 MENSUALES.
DECRETO EJECUTIVO 104, PRIMERO DE JULIO DEL DOS MIL TRECE.

Fuente: La Prensa Gráfica, 2 de enero del 2014.
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