sábado, 15 de noviembre de 2014

Comentario de un Policía Payaso

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En una entrevista televisada un policía que es, a su vez, payaso, al ser preguntado por el entrevistador sobre su capacitación y trabajo como payaso en la policía y su relación con las comunidades en la que ejercen su trabajo policial, dijo lo siguiente: 

"Ser payaso es cosa seria". 

Intentando recuperar la fuente de la entrevista encontré una noticia de que la formación de policías como payasos para desarrollar labores de acercamiento de la institución policial con la población ha sido criticada por medios usualmente identificados con posiciones de la derecha. 

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miércoles, 30 de julio de 2014

Importancia actual del modelo económico


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Ciertamente el PNUD de El Salvador, tiene razón al intentar, desde el 2010, poner como punto central el cambio del modelo económico para lograr el desarrollo del país.

En esto se requiere un diagnóstico de la mayor precisión científica posible. Como se sabe, la economía evoluciona en base a leyes y el cambio del modelo económico es una de ellas. Políticamente se puede retrasar o acelerar el cambio del modelo económico, pero no puede evitarse.

Se observan imprecisiones teóricas en la caracterización de la evolución del modelo económico en El Salvador, propuesta por el PNUD, por ejemplo, la omisión del Modelo de Reforma Contrainsurgente y el Modelo Neoliberal, así definidos no por razones ideológicas o políticas, sino con bases de la ciencia económica.

Se tratará de examinar en futuras notas estos problemas y sus implicaciones prácticas de política económica.

Evaristo Hernández
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martes, 29 de julio de 2014

Policía y Democracia

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Las negrillas son para efectos de estudio.
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REENFOCAR LA POLICIA Y CONSOLIDAR LA DEMOCRACIA

Oscar A. Fernández O. 

Uno de los principales problemas que enfrentará el propósito de lograr una reestructuración en la Policía Nacional Civil, serán las resistencias internas dentro de la misma policía a los cambios, como suele suceder en todas las instituciones acostumbradas a funcionar de una manera. Para superar estos obstáculos será indispensable contar con la voluntad política de sus autoridades (mandos) y sus bases. 

La Policía Nacional Civil de El Salvador, fue concebida en los Acuerdos de Paz, en correspondencia a la necesidad histórica de crear un nuevo proyecto de sociedad, que sustituyera ochenta años de dictadura militar y terminase por tanto, con las causas estructurales que dieron origen a más de doce años de guerra interna.

Lamentablemente, éste proyecto fue en buena medida, prescindido por los poderes de facto tradicionales que resultaron intactos después de la guerra. Después de fundada la nueva Policía, los intereses de poderes fácticos y las recalcitrantes ideologías ultraderechistas, torcieron el proyecto, alejándolo de sus propósitos originales. La Policía Nacional Civil al igual que su antecesora, se convertía en un aparato armado que defendería el orden imperante, mientras fortalecía nuevamente al aparato represor de un Estado históricamente autoritario.

Para entender el problema de la Policía, debemos tomar en cuenta las características que la crean y determinan. El deber ser de la PNC, en el marco de sus valores originales, ha de formar parte de los principios de organización social que sostienen el modelo del Estado democrático de Derecho, sustentado en la defensa, promoción y protección de los Derechos individuales y colectivos, como lo manda nuestra Constitución y los Convenios Internacionales sobre la materia, a los cuales nos hemos suscrito. 

La PNC se concibe como un instrumento fundamental que garantiza el desarrollo de la democracia, aunque creo que varios de los que pertenecen a ella, no han reparado en esto. La PNC debería, a estas alturas de la historia, representar los anhelos de un pueblo que cree en que otra forma de vida social y política mejor, es posible. 

La distinción entre el deber ser de la PNC y los fines prácticos que cumple, puede entenderse al ver que la Constitución de la República (reformada a raíz de los Acuerdos de Paz) dispone que la legalidad debe de ser un principio de actuación policial. En realidad, y sustentado en los ejemplos que vemos a diario, podemos afirmar que la ley históricamente se traduce en la defensa de los intereses no de la generalidad, sino de sectores minoritarios, derivado de valoraciones subjetivas en situaciones determinadas y una visión tradicional que criminaliza la pobreza.

Luego, si la aplicación de la ley es dúctil y maleable para la policía, existe una sociedad y un sistema político que lo permite. Este sistema político y sus reglas, altamente cuestionados en el país, se repite en la corporación policial. En seguida, podemos afirmar, que la ausencia de límites efectivos sobre el uso y abuso del poder explica la lealtad ideológico-política de la policía. La policía no es un hecho metafísico, es la representación política de determinado poder.

La derrota de la concepción derechista autoritaria de la seguridad pública, es un factor que debe ubicarse en el agotamiento del actual sistema político, el debilitamiento in extremis del Estado después de la privatización, la cultura de la corrupción y la expresión social de la violencia estructural, hoy en niveles críticos, que han fracturado el tejido social, anulando los valores positivos y la justicia. Nuestra herencia maldita.

En este contexto se explica también, por un lado el crecimiento desbordado de las grandes corporaciones del crimen organizado como parte importante del modelo económico de mercado. Esta tolerancia con el poderoso crimen organizado, sumado a la debilidad del Estado, ha propiciado una suerte de negociación en la cual, como lo dijimos antes, la ley se supedita a criterios de oportunidad, como lo sostiene E. López Portillo V. en su ensayo La Policía en México (2002)

En la actualidad, la violencia es uno de los problemas sociales más importantes y sin embargo es también uno de los menos entendidos. Tal vez, uno de los motivos de esta debilidad se basa en el hecho que la comprensión sobre la misma se genera a través de los medios de comunicación masiva que muchas veces forman una imagen distorsionada de la realidad así como proponen soluciones que eventualmente sirven muy poco para la reducción de la tasa de criminalidad. 

Lamentablemente, el sentido común está profundamente relacionado con perspectivas teóricas que enfatizan el componente individual del fenómeno violento y las salidas represivas, sin discutir las raíces sociales de la misma (Lucía Dammert. Dilemas de la reforma policial en A.L.)

El grado de conflicto que provoca la situación a la que ha llegado la PNC, ha elevado la crítica hacia ella desde la sociedad y desde algunos estamentos políticos. Se está generalizando la desacreditación de la institución policial. Amparados en esta situación, las derechas neoconservadoras han enfilado sus baterías contra las políticas de justicia y seguridad trazadas por el actual gobierno, que pretende romper con veinte años de avance incontenible de la criminalidad propiciado por el oficialismo tradicional. Las reglas no escritas y una costumbre que se ha hecho cultura, han protegido la corrupción de los políticos, los hombres de negocios y funcionarios de alto nivel en el Estado y desde luego, en la corporación policial y el ejército. Es insoslayable desarraigar esta práctica ya, la sociedad entera debe exigirlo y el estado debe comprometerse a hacerlo. Antes que nada, debe quedar claro que la transparencia no es simplemente una ventana al funcionamiento del poder público; es un estilo de gestión y operación que abarca, en este caso, todo lo que la policía hace. Por esta razón, la transparencia correctamente entendida no sólo implica al público, sino a la policía entera como organización. 

Sin embargo, aún no se termina de asumir en propiedad que la ética busca orientar la labor policial humanizándola, generando un puente entre valores objetivos y acciones concretas. Por lo que hay que reconocer que existe un conjunto de convicciones relativas a la práctica policial, tales como: que la misión de una institución policial, como organización de servicio público, tiene una dimensión ética fundamental que no puede ni debe desconocer; que la función policial no está al margen de la sociedad a la cual le corresponde servir en los ámbitos de la seguridad y la justicia; y, que la organización policial es parte de la comunidad. No tiene razón de ser una policía para la democracia si no es así.

Por tal razón, la ética y la deontología policial son el fundamento que debe orientar todas las acciones de los policías, sus lineamientos o directrices centrales, sus planes, programas y proyectos. Son en definitiva, la fuente que inspira y otorga sentido a la profesión policial, liberándola y protegiéndola de aquellas influencias y tendencias que buscan desconocer la importancia central de la dignidad humana. En rigor, el “horizonte hermenéutico” de la ética policial es el servicio a la sociedad y la promoción del desarrollo humano. (Arturo Herrera, 2002.)

En consecuencia, debemos actuar con la convicción de que la policía es la prestadora de un servicio a la comunidad, y no a la inversa. Aquí radica la relevancia de la legitimidad social. Si no hacemos bien esto, entonces, no estamos haciendo bien nuestro trabajo. La opinión y valoración de la sociedad es, en última instancia, reflejo de la aceptabilidad de la conducta policial, de nuestros esfuerzos y buen trabajo.

Hoy la eficacia policial no se puede medir sólo por el logro de la verdad criminalística, la detención de imputados o de prófugos de la justicia, es decir, mirando el resultado policial con un enfoque tradicional. La deontología plantea una serie de retos a la cultura policial, ya que sus principios y valores sustentan una ética policial para la democracia popular, especialmente en lo relativo a la realización humana y al desarrollo de profundos y sólidos vínculos sociales.

Debemos lograr que el personal policial y la organización en su conjunto sean responsables por su desempeño, medido lo más objetivamente posible, informando sobre su quehacer y dejando que la sociedad se forme un juicio objetivo y crítico respecto de su actuación. Para ello son necesarios un marco de acción, supuestos y modalidades que faciliten la supervisión y control sobre la policía, y que esto contribuya a la credibilidad y la confianza, reduciendo así la distancia entre el ciudadano y su policía. No puede haber control y rendición de cuentas adecuada y suficiente sin una apropiada gestión de información que respalde lo que hacemos y lo que no logramos hacer bien, lo que corregimos y lo que necesitamos de la sociedad.

Se vuelve urgente y necesaria una reforma policial profunda. Es imperativo impulsar una agenda de cambio que asegure mayores niveles de responsabilidad policial y una actuación más acorde con los desafíos de la democracia, en un contexto complejo y diverso.

Finalmente debemos destacar que el enfoque que hemos desarrollado aquí se sostiene en dos modelos fundamentales: la construcción de seguridad pública en democracia y el de la policía profesional, próxima a la colectividad, como una entidad de servicio al ciudadano y democrática (no militarista), ambas vinculadas estrechamente a través de un Estado fortalecido dirigido a satisfacer las demandas del pueblo, destacando la manera de hacer las cosas, de ser policía y de servir a la comunidad.
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miércoles, 18 de junio de 2014

Nuevo Gobierno y Movimiento Social

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MANIFIESTO DE LA COORDINADORA NACIONAL DE ORGANIZACIONES POPULARES “ROQUE DALTON” (CONA-RD) AL PUEBLO SALVADOREÑO:

LOS RETOS DEL NUEVO GOBIERNO Y LA TAREA DEL MOVIMIENTO SOCIAL.

El primero de junio de este año tomó posesión como presidente de la república el profesor Salvador Sánchez Cerén , y se inició así el segundo gobierno de izquierda en El Salvador ; más allá de las expectativas , en los próximos cinco años sabremos si el FMLN tiene vocación para ejercer el poder político con prudencia y congruencia , con eficiencia y probidad , y con participación y transparencia , de lo que dependerá su futuro como fuerza de cambio social por la vía democrática ; no hay excusa para no intentarlo y quizá no haya una segunda oportunidad ; un buen comienzo sería hacer un balance público de su primera gestión , no sólo como un buen ejercicio de rendición de cuentas , sino también como un recurso pedagógico para aprender de la experiencia y no reincidir en errores que se pueden pagar caro en términos electorales para el 2015 , el 2018 y el 2019.-

El nuevo gobierno se encuentra con una sociedad en crisis: en el plano objetivo, problemas como la delincuencia, la corrupción, la marginalidad social, la desigualdad económica, la pobreza, el desempleo, el deterioro ambiental, el estancamiento económico, entre otros, pintan de gris el futuro. En el plano subjetivo: el panorama también es sombrío, pues no hay un sujeto socio-político que asuma y dinamice el cambio social prometido; no hay utopía posible por la cual luchar y, como no hay un proyecto de sociedad que entusiasme a la población, no hay adversario o éste aparece impreciso o desdibujado en el imaginario colectivo; en consecuencia, no existe una estrategia coherente que intente dar respuestas a preguntas básicas que motiven a un compromiso vital como: ¿por que luchar? , ¿para qué luchar? , ¿contra quién luchar?

La historia patria nos enseña que sin desarrollo de un movimiento social consistente no hay cambio social posible o, por lo menos, sostenible, a no ser que lo hagan las clases dominantes para prevenir los cambios desde abajo; lo social -organizativo es la materia prima de lo político-organizativo y más. En el movimiento actual y durante todo el periodo de la postguerra ,la gran debilidad de la izquierda ,para avanzar en la ruta de la reforma económica-social con sentido humano que dejaron pendientes los acuerdos de paz , ha sido precisamente la ausencia de organizaciones sociales comprometidas con esa tarea , es decir, de un movimiento popular cohesionado alrededor de un proyecto de país incluyente , pero visualizado desde los intereses de la clase trabajadora ; sin este proyecto ésta no podrá superar su dispersión orgánica ni constituirse en el sujeto que motorice esa reforma. Se puede controlar burocráticamente el aparato de Estado, pero esa reforma es inviable sin una fuerza política -social autónoma que lo promueva y sostenga, la que no puede ser sustituida por el partido de gobierno.

Esta crisis del movimiento social no sólo es orgánica , sino también ideológica y , en esta dimensión , se expresa como una pérdida de los valores ético-políticos que le dieran identidad y vigor durante el conflicto de los años 60,70 y 80´s, como la unidad , la solidaridad y la organización como instrumento de lucha reivindicativa-política. Superar urgentemente esta debilidad es el desafío prioritario que debe preocupar a la clase trabajadora, a sus organizaciones y dirigentes.

Esta crisis social y organizativa –ideológica coincide con una crisis política al interior del bloque histórico de clase, que se expresa en la pérdida de hegemonía de la fracción dominante globalizadora de la oligarquía (importadora-comercial –financiera), en la medida que ésta fracción es incapaz de dar dirección a las otras fracciones de la burguesía y a la sociedad en su conjunto. Como correlato también se expresa en el surgimiento de una nueva fracción burguesa articulada alrededor de un modelo económico basado en la producción agropecuaria, la agroindustria y la agroexportación.-Esta división del bloque de derecha es el principal factor que posibilitó el triunfo de la izquierda en las elecciones presidenciales del 2014 y abrió fisuras para seguir avanzando en la agenda de un cambio concertado, tal como se estila en un régimen que pretenda ser democrático. Sin embargo, una negociación por arriba entre liderazgos y en el marco de la institucionalidad debe ser balanceado con una presión ciudadana por abajo; es en este esfuerzo emprendido por el nuevo gobierno para lograr entendimientos con la cúpula empresarial, donde se corre el mayor riesgo de incumplir su programa de cambios, en la medida que las exigencias sean muchas y el contrapeso social es muy débil, precisamente por el déficit organizativo existente. Este peligro no es una mera especulación si se toma en cuenta que un pacto de gobernabilidad e inversión con la ANEP tendría, como contrapartida, limitaciones y condicionamientos a las reformas económico-sociales con las que el FMLN se comprometió con la mayoría de sus votantes, que son trabajadores del campo y la ciudad, y capas medias asalariadas y profesionales.

La única forma de contrarrestar ese bloqueo y dinamizar los cambios prometidos es apelando a la movilización popular; sin embargo esta es la debilidad principal del Frente para impulsar la reforma económico-social. pues hay ausencia de un movimiento cohesionado y de un liderazgo con claridad estratégica capaz de actuar como un sujeto político , en tanto asuma un proyecto que se articule críticamente con el proyecto gubernamental ; esto sólo sería posible si el gobierno y las organizaciones populares van a su encuentro como sujetos diferenciados pero coincidiendo en objetivos mínimos comunes ; un dialogo encaminado a este propósito es urgente e imprescindible si se quiere , en el siguiente lustro , hacer factible avanzar en la construcción de una sociedad democrática , igualitaria , solidaria e incluyente .

En este momento tan contradictorio , en el que se amalgaman la frustración ciudadana ante una clase política egoísta y cínicamente pragmática, con la esperanza de que podrían venir tiempos mejores , pues aún existe una reserva ética en las fuerzas de izquierda ; la incertidumbre en el futuro con la convicción de que la única alternativa es seguir luchando para abrir y alumbrar el camino ; la debilidad subjetiva frente a la complejidad de los problemas a enfrentar con la oportunidad de organizar y formar nuevos liderazgos dentro de un nuevo pensamiento de izquierda ;en este momento tan oscuro para el país , pero tan propicio para renovar compromisos con el futuro , y coincidiendo con un aniversario más de la muerte de nuestro compañero Roque Dalton y del nacimiento de la Resistencia Nacional , en el mes de la fundación del Frente de Acción Popular Unificado (FAPU) en 1975 , surge a la vida pública la Coordinadora Nacional de Organizaciones Populares “Roque Dalton” , como culminación de un esfuerzo de articulación de las acumulaciones territoriales , sectoriales e institucionales de esa organización del FMLN histórico , iniciado desde hace cuatro años , por lo menos , cuando un núcleo de ex militantes de la RN nos convencimos de la necesidad de recuperar críticamente, para poner al servicio de las transformaciones de nuestra sociedad , lo mejor de la tradición libertaria , igualitaria y solidaria de esta vertiente revolucionaria salvadoreña, tan necesaria en esta situación de incertidumbre y confusión , para contribuir a clarificar los objetivos y razones de la lucha y entusiasmar al pueblo y especialmente a la juventud para emprender nuevas jornadas de movilización social y política por la utopía posible.-

La imaginación de esta utopía posible debe comenzar por contestar preguntas que se han vuelto incomodas para las fuerzas de izquierda, tales como: ¿es válido plantearse el proyecto socialista aquí en El Salvador, en este momento concreto?, ¿es políticamente factible construir una sociedad socialista dada la correlación de fuerzas existentes?. La respuesta a la primera pregunta puede ser afirmativa en la medida que se reconozca que la pobreza , la injusticia y la exclusión social siguen lacerando a la gran mayoría de salvadoreños ; la respuesta a la segunda también será afirmativa siempre y cuando ese modelo de sociedad no se vea excluyente con el principio democrático de la soberanía popular , que supone que el ciudadano es el titular de los derechos políticos , y con el principio liberal de la división de poderes , como garantía básica del respeto a los derechos fundamentales .

La viabilidad de esta utopía depende también que la vinculemos al pasado, emprendiendo un proceso de recuperación del legado político-organizativo como los de FENASTRAS y el FAPU, y que retomemos el ejemplo de heroísmo, sacrificio y entrega de nuestros mártires, héroes y heroínas de mil batallas, caídos por su fidelidad y convicción a la causa de la democracia y el socialismo ; nos referimos a Lil Milagro, Roque Dalton, Febe Elizabeth, Augusto Cotto, Saúl Villalta, Carlos Arias, José Luis Quan y tantos otros que hoy rendimos homenaje en el nombre y recuerdo de los antes mencionados .

La principal tarea que hoy asumimos como Coordinadora “Roque Dalton” es la organización de un movimiento popular que se constituya en un sujeto protagónico del cambio social necesario y factible; este compromiso parte de una convicción que seguiremos repitiendo: sin utopía no hay sujeto de cambio ni adversario, sin adversario no hay estrategia de cambio, y sin estrategia no hay cambio posible.

Proponemos al pueblo salvadoreño, decidirse nuevamente a triunfar; para ello debemos comenzar por soñar; pero, al mismo tiempo, luchar, reflexionar, organizar y unificar el movimiento social para convertirlo en un sujeto político capaz de impulsar y sostener el cambio pendiente.

Concluimos diciendo que la conversión del movimiento social en un sujeto político requiere de una gran alianza popular alrededor de un programa mínimo común del cambio necesario y factible ; para ello el paso inmediato es consultar y convocar a las organizaciones de la sociedad civil alrededor de una idea simple: reunirnos a final de este año representantes de esas organizaciones para celebrar un encuentro nacional ciudadano, para plantearle el nuevo gobierno un programa de transformaciones que incluya las demandas más sentidas de la población , alternativo al de la gran empresa privada ; en este dialogo gobernantes –gobernados deben considerarse los compromisos para trabajar juntos por una nueva sociedad para todos y todas .

El Salvador, junio del 2014

"Por una patria para todos”

ORGANIZACIÓN, UNIDAD Y LUCHA
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Repensar el Estado

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UNA OBLIGACIÓN DE LA IZQUIERDA: REPENSAR EL ESTADO
Oscar A. Fernández O.

Hace un tiempo publiqué el artículo titulado “La izquierda debe construir el Estado”, por lo que esta vez vengo a insistir sobre la misma cuestión, cuando el FMLN está a las puertas de iniciar una serie de cambios que se convierten en obligatorios frente al agotamiento de un sistema y un modelo, que lúcidos pensadores de la contemporaneidad lo califican, incluso, de crisis de civilización. 

Los neoliberales están claros que en su lucha por restaurar el principio del mercado como regulador del sistema-universo, necesitan, para convencer, de algo más que la economía, de un formato político que reconcilie.Ese formato político es el Estado de derecho liberal, pero como un nuevo contrato social en el que el Estado de derecho se convierte en la garantía contractual de la economía de mercado (o también la sociedad de mercado). Se trata de una reformulación del Estado de derecho liberal del siglo XIX, formulado por Kelsen, o Carl Schmitt, entre otros, pero con formatos políticos distintos habida cuenta de que las circunstancias del sistema capitalista habrían cambiado profundamente. 

El libre mercado se convierte en el eje del funcionamiento de la economía neoliberal de final de siglo, y ello conlleva la crisis de lo público, cuya actividad se ha ido reduciendo a aquellos sectores de productividad menos rentables, deficitarios y que están relacionados con la protección social y asistencial, o con la prestación de determinados servicios ciudadanos que no interesan por la escasa o nula rentabilidad a la iniciativa privada. El estado se convierte en subsidiario de aquellas actividades que al ser poco competitivas no interesan a la empresa privada. Tal vez uno de los rasgos que diferencian al neoliberalismo de su precursor es brindar mucha menos atención a la interdependencia social de los individuos, al pensar de manera ilusoria que la resultante de la lucha aislada por la supervivencia de los individuos de manera espontánea siempre redundaría en beneficio social, algo que la experiencia histórica en lugar de confirmar ha desmentido, lo cual es reconocido por muchos investigadores (P. Guadarrama: 2001)

De las figuras de la contractualidad, el Estado de derecho fundamentado por los neoliberales recoge, en lo fundamental dos: aquella que exonera de Hobbes, y aquella de Locke. La recurrencia a Hobbes es para justificar la preeminencia del interés egoísta e indicar que el Estado se constituye como contractualidad desde la base del interés egoísta (que es el fundamento del mercado auto-regulador), mientras que la referencia a Locke está dada en el derecho a la propiedad como derecho natural (serán los derechos de propiedad expresados como derechos políticos fundamentales del Estado de derecho neoliberal). (Dávalos: 2001)

En este contexto, el Estado se convierte en el fiador del derecho, y éste en la racionalización histórica de instituciones y reglas de juego patrimoniales y consuetudinarias, subraya el autor citado (ut supra) El derecho, entonces, es una institución que sistematiza las reglas de juego sobre las cuales operan los mercados. En ese sentido, el capitalismo se adapta y se convierte en una especie de realización histórica universal. El Estado lo que hace es sancionar las leyes desde un reconocimiento público, desde el dominio de la ley, del “imperio de la ley” (Rule of Law). El Estado, de esta manera, se convierte en un producto del mercado, y éste se convierte en un espacio natural e histórico autenticado por los marcos institucionales propios de cada sociedad. 

La Constitución Política vigente, por ejemplo, no representa la voluntad soberana del pueblo salvadoreño. Fue impuesta en 1983 para legitimar el brutal despotismo que violó todos los derechos de la gente y enriqueció a un puñado de empresarios que, mediante espurias privatizaciones, se apoderaron de la mayor parte del patrimonio público forjado con el trabajo y ahorro de generaciones de salvadoreños.

De la crisis que lo asola, el capitalismo quizás se reponga en el futuro, pero con mucha dificultad. Buscará más eficiencia, más riqueza y más concentración, pero tras de sí dejará un desastre ecológico mundial, una estela de gente empobrecida que ya no le es útil al sistema, que está de más, y que debe ser desechada. En unos años, el aparato productivo quizás se reconstituya, habiéndose desembarazado de la carga que le significaba el “gasto” social del Estado de Bienestar; habrá moldeado a las fuerzas productivas de tal manera que pueda extraerles el mayor rendimiento posible y competirá en mejores condiciones que antes en la palestra internacional.

La economía, entonces, podrá estar bien, con presupuestos nacionales equilibrados, balanzas de pago al día, pero a costas del sufrimiento de millones de personas que lo habrán perdido todo y sobre cuyos hombros, además, se echara la culpa del desastre diciéndoles que por su causa, por haber vivido sobre sus posibilidades reales, están como están.

La otra alternativa, la que debe seguir la izquierda, es repensar el Estado, lo cual constituye una obligación histórica, contrario sensu a pensar que con algunos “arreglos sociales” se puede continuar sosteniendo el capitalismo. Es una necesidad insoslayable, construir un Estado vigoroso con instituciones fuertes, no obesas; ágiles, transparentes, no burocráticas; instituciones que protejan al pueblo. Seguridad como primera prioridad, pero en su concepción más amplia e integral: seguridad colectiva, seguridad laboral, seguridad social, seguridad pública para el pueblo. Un Estado radicalmente democrático, capaz de proveer acceso por igual a los servicios básicos que necesita y demanda la gente: salud, comida los tres tiempos, educación, vivienda digna

Un Estado que garantice los derechos del pueblo, nuestros derechos, por los que hemos batallado y triunfado muchas veces: el derecho a ser diferentes y pensar diferente; el derecho a la protesta y al entretenimiento sin que éstos se criminalicen; el derecho a conocer y defender nuestros derechos. Un Estado que regule las fuerzas económicas, no para sustituir a los mercados, pero sí para que la riqueza producida por todos, llegue a la gente y no se acumule. Y desde luego, un Estado democrático que fortalezca la cultura de la tolerancia, de la inclusión y de la participación social en la diversidad, nuestra diversidad: la diversidad ideológica, étnica, cultural, sexual, religiosa, regional de los pueblos.

El rol del Estado es irremplazable en la conducción de una integración económica que tenga como objetivo la promoción de la justicia social, la igualdad, la equidad en el reparto y el desarrollo de los pueblos. El Estado democrático popular, debe ser un instrumento de la sociedad para enfrentar los problemas económicos y sociales que el mercado no puede resolver. Un Estado que garantice el detente contra los abusos de las oligarquías burguesas, el conformismo y la institucionalización del miedo, producto de la propaganda del dominio, bases sobre las cuales se fundó el fascismo.
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miércoles, 4 de junio de 2014

Del Segundo Gobierno del FMLN

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Realidades e ilusiones 
Del segundo gobierno del FMLN
Por Roberto Pineda 
30 de mayo de 2014

El comienzo de un segundo gobierno del FMLN este próximo 1 de junio, genera diversas interrogantes y desafíos, de algunos los cuales únicamente encontraremos las respuestas a medida que el proceso avance. No obstante esto, para el movimiento popular es crucial definir los indicadores que marcaran el rumbo y darles seguimiento, en el marco del inicio de una aguda pelea por la agenda del país, en la cual la izquierda representada en el FMLN mantiene hasta hoy la iniciativa estratégica, en una compleja dinámica de realidades e ilusiones, de hechos y apuestas, de fuerzas e intereses. 

Es una pelea en la cual influyen aspectos internos y del entorno internacional. Es una pelea que se mide por la fuerza y la visión estratégica de cada contrincante, en su definida calidad de enemigo social y no de adversario electoral. Es una pelea con profundas raíces de enfrentamiento de proyectos históricos antagónicos. 

A continuación abordamos algunas de estas interrogantes y las respuestas dadas por cada fuerza social a partir de sus intereses de clase. Iniciamos con una valoración sobre la marcha del 1 de mayo. 

La CUSS y el Primero de mayo de 2014

El surgimiento de una nueva instancia de coordinación del movimiento popular, social y sindical, a partir de este 1 de mayo, la Coordinadora Unitaria Social y Sindical, CUSS, de la cual participamos como Comunidades de Fe y Vida, COFEVI, de llegar a consolidarse, lo cual no es fácil por las desconfianzas existentes, constituye un importante avance en general, en el camino a la unificación de los sectores populares.

Y en particular, para exigir reivindicaciones socio-económicas a la vez que se respalda políticamente al segundo gobierno del FMLN. Ojala que este respaldo de la CUSS no sea incondicional y tenga como guía fundamental incidir para que la agenda de país priorice la defensa de los intereses de los trabajadores.

El 1 de mayo explica al 1 de junio. Es el peso político del movimiento social y popular que respalda al FMLN y que se expresa en las calles cada 1 de mayo, lo que le permite continuar derrotando a la derecha en general y a ARENA en particular. Son esas decenas de miles de personas organizadas junto con la maquinaria electoral del FMLN el ejército político del actual proceso. 

Pero la realidad es que es un movimiento sindical y popular altamente desmovilizado, ideológica y políticamente. Ese despliegue de fuerza popular del 1 de mayo podría ser mayor y es más una celebración pero ha dejado de ser un pronunciamiento de indignación ante la injusticia del capitalismo, ha perdido desde hace varios años, su naturaleza subversiva proletaria de exigir el avance social, de ser voz de revolución, de socialismo. 

Recuperar ese espíritu rebelde para poder así incidir en este nuevo momento que se abre el 1 de junio es fundamental. Una contribución importante del movimiento obrero y popular debe ser la crítica fraternal a su propio gobierno. Combinar el respaldo con la crítica. Lo peor que puede pasarnos es convertirnos en un incondicional equipo de aplausos. Lo peor que puede pasarnos es dejar de luchar y permitir la pax del imperio. 

Y entre las nuevas ventanas que hay que abrir de esta nueva casa esta la de entender que hay un desplazamiento de la oligarquía como el sector hegemónico del Estado y de la Economía, por lo que la contradicción principal pasa a ser entre los sectores populares y las corporaciones transnacionales, dueñas de la banca, de la energía, de las telecomunicaciones y pujando por apoderarse del agua, de la educación, de la salud, de la seguridad social. Son los nuevos dueños y buscan nuevos empleados. Y aunque no controlan, si tienen presencia en este segundo gobierno.

Las ultimas pinceladas del presidente Funes: confrontativo con la oligarquía pero complaciente con el imperio

El presidente Mauricio Funes representa en el siglo XX-XXI, el mayor enfrentamiento desde el presidente Gerardo Barrios entre el Estado y la oligarquía, y este es un mérito histórico indiscutible. Se merece una estatua y poemas. El presidente Funes se plantó y bien plantado frente a la ANEP y FUSADES. En esto respondió al enérgico llamado de Monseñor Romero.

Pero por otra parte, no afectó sino que fortaleció la esencia del modelo neoliberal y promovió la transnacionalización del capital, y se transformó en un gobierno dócil, sumiso ante los dictados de Washington. En esto no respondió al antiimperialismo de Monseñor Romero. Por cierto su ultima apuesta fue la de ceder desde la SIGET un canal de televisión a un magnate mexicano, siempre en la ruta de confrontar, de disputarle espacios a la oligarquía, de buscar alianzas con las transnacionales para sus patrocinadores.

Fue un presidente que amplió los subsidios y los programas sociales, es otro mérito. Bien ganado. Y su última batalla de guerrero por la justicia, fue memorable, inolvidable, logró humillar y convertir en prófugo de la justicia a un ex presidente arenero, a Francisco Flores, al padre de la dolarización. Y la oligarquía no perdona ni olvida a sus enemigos. Pero el pueblo tampoco. 

Los desafíos del segundo gobierno del FMLN

1. “Respetar” o sustituir el modelo económico neoliberal

Desmontar el modelo económico neoliberal debería de ser una de las tareas principales de este segundo gobierno. Es urgente que el estado recupere su papel y se sustituya este modelo nefasto que nos impuso la dolarización y las privatizaciones. Pero por otro lado se escuchan discursos basados en la trillada tesis del “rebalse económico.” Se nos dice que lo fundamental es el crecimiento de la economía.

Primero hay que crecer para que después podamos repartir repiten algunos futuros funcionarios asemejándose a los flamantes funcionarios del primer gobierno arenero de Cristiani en 1989. Pareciera que han estudiado en la Escuela Superior de Economía y Negocios, ESEN. Hay que apretarse el cinturón hoy para que mañana vivamos en la abundancia predicaban antes los sacerdotes del neoliberalismo, del Banco Mundial y del FMI. Es una falacia. La realidad fue que crecieron sus empresas pero nunca repartieron. 

La realidad es que este modelo neoliberal lleva en su matriz un chip que bloquea toda posibilidad de redistribución de la renta. Esta ideado para reproducir desigualdad. Es un modelo nefasto. No es un instrumento neutral. Es una navaja diseñada para cortar, para sacar plusvalía y de la absoluta. La ilusión es pretender que este es el camino para el desarrollo. Será el camino pero de las corporaciones transnacionales, incluso de la oligarquía y no de los intereses populares. 

Una economía dolarizada no debería ser parte de los 8 compromisos en defensa del sistema asumidos por este segundo gobierno del FMLN. Ver “Respeto a sistema monetario.” (Manifiesto a la Nación de la Formula Presidencial del FMLN. 18 de febrero de 2014).

2. Las alianzas internacionales: Alianza del Pacífico o Alba; Fomilenio II o Petrocaribe.

Dime con quien te alías y te diré quien eres. Pretender mantenerse al margen de la disputa existente entre la Alianza del Pacífico y Alba no es realista. La estrategia agresiva del gobierno de Obama contra el gobierno de Maduro obligara tarde o temprana a asumir una posición. Ojala que esta no sea la de apoyar al “aliado estratégico” alegando la presencia de una tercera parte de nuestra población en territorio del imperio. 

La realidad es que existe una fuerte disputa por quien define la agenda de cooperación. Y esto esta vinculado a la definición del modelo de desarrollo que buscamos. ¿Cuál es la apuesta de país? ¿Será acaso convertirnos en un enclave turístico mediante la construcción de hoteles en nuestra costa? ¿O le apostamos a la agricultura? ¿A los servicios? ¿A la maquila? ¿A la industria?

La obediencia o la dignidad frente al imperio y sus centros financieros es el dilema. La realidad es el proceso de aprobación del II Fomilenio y la voluntad de aceptar las condiciones impuestas por los “bondadosos” donantes. La ilusión parece ser la de pensar en independencia y soberanía.

3. ¿Es posible en El Salvador la unidad nacional?

La realidad es que la sociedad salvadoreña es una sociedad altamente polarizada en la que la mayoría de la población vive en situación de extrema pobreza mientras que una minoría oligárquica controla la riqueza el país. La realidad es que los intereses de estos dos sectores son antagónicos ya que pretender buscar la armonía entre las clases explotadoras y explotadas es un discurso ilusorio. 

El discurso de la búsqueda de la estabilidad social y de la “gobernabilidad” al final únicamente beneficia a los sectores poderosos, ya que les permite desarrollar sus negocios en tranquilidad, explotar con mayor seguridad y los que tendrán que “ajustarse el cinturón”, hacer sacrificios, serán los sectores populares. 

Una derecha derrotada pero no vencida

Es ingenuo pensar que como dicen en algunas camisetas de moda, la oligarquía ya fue terminada. El llamado es a que busquen los estados financieros de las empresas transnacionalizadas de los Kriete, dueños de Avianca, o los del Grupo Poma para ver si en realidad ya se terminó la oligarquía. 

Es un hecho que la oligarquía como grupo socio-económico controla todavía importantes franjas de la vida nacional. Y esto incluye a los partidos de derecha, en particular a ARENA. Y esto incluye la cultura predominante del espectáculo. Incluye las variadas y activas iglesias y universidades de la derecha religiosa y académica.

Durante 60 años, desde 1932, la oligarquía le cedió al Ejército la administración del Estado. Fue hasta 1980 que se vieron obligados a construir de nuevo un instrumento político de lucha electoral y fue un instrumento muy exitoso, ya que ARENA derrotó a la Democracia Cristiana en 1989. Y luego ganó otras tres elecciones presidenciales, aunque perdió las dos siguientes: de 2009 y de 2014. 

ARENA representa los intereses económicos de la oligarquía pero además llena las expectativas políticas e ideológicas de amplios sectores, incluyendo a núcleos de capas medias así como sectores rurales y urbanos de extracción popular. No debemos de confundir nuestros deseos con las realidades. Son una fuerza nacional poderosa. Y aunque esto pueda cambiar en el futuro, hoy por hoy, ARENA sigue siendo una fuerza política mayoritaria, experimentada y con recursos, el enemigo político a derrotar por la izquierda. 

La hegemonía financiera colombiana

El segundo gobierno del FMLN se encontrara con que la globalización neoliberal permite que en oficinas de Medellín, Colombia se tomen decisiones que afectan la banca en El Salvador. De acuerdo a la revista El Economista de marzo de este año, un 53 % de sistema bancario esta controlado por la banca colombiana. Entre los cinco principales bancos del país, al cierre de 2013, el Banco Agrícola propiedad de Bancolombia, va a la cabeza con un 28.1 de activos del sistema, y con una envidiable cuota de utilidades que alcanza el 41% de todo el sistema financiero. 

Le siguen el también colombiano Davivienda, el canadiense Scotiabank, el estadounidense Citibank y en la quinta posición, otro colombiano, el Banco de América Central. Y este año, veremos a la oligarquía salvadoreña que regresa sus andadas financieras con el inicio de operaciones del Banco Azul. 

De estos cinco bancos señalados, únicamente el colombiano Banco Agrícola logra ingresar para ocupar la última posición entre los 15 bancos más grandes de la región centroamericana, que esta encabezada, al cierre de 2013, por el gigante panameño Banco General, con un total de activos que suman 11,121 millones de dólares. Le siguen el Banco Nacional de Costa Rica con 9,774; el Banco Nacional de Panamá con 9,069; el también panameño Banitsmo con 8,051 y en quinto lugar el guatemalteco Banco Industrial, con 7,957. Los activos del colombiano Banco Agrícola suman 3,996 millones de dólares. 

En el ranking bancario salvadoreño en relación al año 2012 hay un cambio de posiciones. En la primera posición se mantiene el Banco Agrícola con activos que suben de 3,833 a 3,995 millones de dólares. En la segunda posición el colombiano Banco Davivienda Salvadoreño con 2,051 desplaza en 2013 al canadiense Scotiabank El Salvador que tenía 1,951; en tercer lugar se encuentra Scotiabank El Salvador con 2,020 y desplaza al estadounidense Citibank que tenía 1,877 ; en cuarto lugar se encuentra Banco Citibank de El Salvador con 1,690, que desplaza al colombiano Davivienda que tenía 1,865, y en quinto lugar el colombiano Banco de America Central, se mantiene en el quinto lugar creciendo de 1,376 a 1,534. El guatemalteco Banco Industrial, que ocupa el quinto lugar en el rankink centroamericano, ocupa la onceava posición en el ranking salvadoreño, con 240 millones de dólares en activos. Estas son realidades.

El imperio complacido pero prudente

La ventaja que la Administración Obama en Estados Unidos coincidiera con el inicio del primer gobierno de izquierda, conducido por el presidente Funes, permitió alcanzar acuerdos de cooperación en diversas áreas. Los Estados Unidos se sintieron tranquilos y confiados en que este primer gobierno de izquierda no iba a impulsar ningún tipo de cambios que pusiera en peligro su dominación. Funes les inspiraba confianza y no estaban equivocados.

Y es que la lucha contra los sectores oligárquicos representados en ARENA incluso les favorecía, porque le permitía abrir más el mercado interno a sus voraces empresas estadounidenses. Walmart disputando el mercado al salvadoreño Super Selectos y AES controlando la distribución de energía, entre otros. Había intereses coincidentes y estos siguen existiendo, son la base sobre la que descansa las relaciones entre nuestros dos países, aunque hay también diferencias.

La jugada maestra es desplazar a la oligarquía para abrirle las puertas a las empresas estadounidenses o de otros países, particularmente Colombia, fiel aliado regional y dueños de la banca en El Salvador, y México, dueño de Claro, Maseca, Jumex, etc. Perú y Chile, también de la Alianza del Pacífico, están muy lejos. 

Y en este escenario participa también Alba Petróleos, los intereses de Venezuela, disputándole a las transnacionales de los hidrocarburos y ganándose un espacio desde la izquierda, desde el FMLN, del mercado nacional. Y pronto participará Petrocaribe. Para esto sirve la Ley de Asocio Público Privado y sus reformas. No obstante esto, parece que hay una política en el Departamento de Estado de esperar y ver. Parecen decir en Washington: muéstrenme lo que son, queremos verlos actuar. No deseamos ser burlados.

Perspectivas

Existen hacia futuro dos tendencias principales: que la misma dinámica de confrontación política con ARENA, de cara a las elecciones municipales y legislativas del próximo año, obligue a este segundo gobierno del FMLN a profundizar este proceso, radicalizarlo y realizar vitales transformaciones pendientes y esperadas como las de nacionalizar el sistema de pensiones. De ser así el movimiento popular lo acompañara entusiastamente.

La otra posibilidad es ceder a la tentación de dejar hacer, dejar pasar y terminar administrando este sistema capitalista, injusto y caduco. De ser así las corporaciones multinacionales y la Administración Obama lo apoyara entusiastamente, mientras el movimiento popular se paralizara o incluso puede salir a las calles. Confiamos y trabajamos para que sea la primera opción la que prevalezca. Es un problema de opciones y correlación de fuerzas. 

Desde una óptica de izquierda el concepto de victoria estará determinado en gran parte, por la capacidad de este segundo gobierno del FMLN, de garantizar los intereses populares y nacionales, por encima de las presiones del capital transnacional y de la oligarquía para continuar abriendo nuestra economía. 

Estamos seguros que en cada una de las áreas de gestión gubernamental, pero particularmente en seguridad (maras) agricultura (semillas) hacienda (reforma fiscal) y economía (APP), se dará la disputa entre los que creen que en esta época de globalización lo más recomendable es cobijarse bajo la poderosa sombra imperial de Obama y aquellos que todavía sostenemos que hay que mantener alzadas las banderas rojas y multicolores de la rebelión y la resistencia planetaria. Esta pelea esta por comenzar…y podemos pero no debemos ser espectadores. Cest la vie!
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Sugerencia: Pensá en los que murieron

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"Por esos muertos, nuestros muertos..." 

Cuando recibís el nombramiento, 

el premio, el ascenso, 
pensá en los que murieron. 

Cuando estás en la recepción, 
en la delegación, en la comisión, 
pensá en los que murieron. 

Cuando has ganado la votación, 
y el grupo te felicita, 
pensá en los que murieron. 

Cuando te aplauden al subir a la 
tribuna con los dirigentes, 
pensá en los que murieron. 

Cuando te llegan a encontrar al 
aeropuerto en la gran ciudad, 
pensá en los que murieron. 

Cuando te toca a vos el micrófono, 
y te enfoca la televisión, 
pensá en los que murieron. 

Cuando sos el que da los certificados, 
las cédulas, el permiso, 
pensá en los que murieron. 

Cuando llega donde vos la viejita 
con su problema del terrenito, 
pensá en los que murieron. 

Miralos sin camisa, arrastrados, 
echando sangre, con capucha, 
reventados, refundidos en las pilas, 
con la picana, el ojo sacado, 
degollados, acribillados, 
botados al borde de la carretera, 
en hoyos que ellos cavaron, 
en fosas comunes, 
o simplemente sobre la tierra 
abono de plantas de monte: 

Vos los representás a ellos. 

Ellos delegaron en vos, 
los que murieron. 

Ernesto Cardenal, de "Vuelos de Victoria" (1982)
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viernes, 9 de mayo de 2014

Seguridad Pública

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Los subrayados son para efectos de estudio.
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IDEAS PARA REPENSAR LAS POLÍTICAS DE SEGURIDAD PÚBLICA.

Oscar A. Fernández O.

"Hoy, la seguridad se entiende cada vez menos en términos militares, y mucho más como manejo adecuado del conflicto".  Kofi Annan

Durante la última década el problema de la seguridad de la ciudadanía adquirió protagonismo en el debate público, como resultado del crecimiento de distintos fenómenos relacionados con la violencia. Este proceso se gestó en un contexto de profundas desigualdades sociales, donde las instituciones, en particular la policía, el ministerio público fiscal y la justicia reorientadas en pro del modelo económico oligárquico, han sido al mismo tiempo deficientes para garantizar derechos y activas promotoras de la ilegalidad y la impunidad. El neoliberalismo y su dispositivo de expansión planetaria, la globalización, ha sido acompañado con el crecimiento de una cultura del delito.

Hasta hoy, pese a los esfuerzos del actual gobierno, las políticas de seguridad pública, no logran ser asumidas más que como políticas “de reducción de daños” ante el impacto social de cada nuevo hecho delictivo. Se sigue actuando, como lo hemos dicho en reiteradas ocasiones, con respuestas efectistas y no sobre las causas estructurales de los problemas. Esto permite, como lo podemos evidenciar, que las acumulaciones históricas de los problemas potencien los efectos, en un ciclo vicioso que frena cualquier forma de desarrollo nacional e inevitablemente conduce a crisis crónicas.

Para referirnos al problema de la delincuencia y de las políticas para luchar contra ella, debemos referirnos sin duda a la situación política, económica y social del país. A partir de esto se puede profundizar en la estructura causal de la violencia social y el delito que nos provoca esa sensación de inseguridad creciente, para realizar trabajos comunes en el territorio. La complejidad del problema y el deseo de encontrar soluciones, son ya una realidad cotidiana y una necesidad extendida en toda la sociedad.

Nuestra historia reciente está signada por los siguientes fenómenos determinantes: el crecimiento desordenado de nuestras principales ciudades, sobretodo la llamada “Gran San Salvador”, el fracaso de un modelo económico que incrementó la pobreza y la división social, la migración del campo a la ciudad en condiciones de marginalidad, el frustrado intento de construir una democracia participativa y la ineficacia de los sistemas de regulación de los conflictos. En suma, el fracaso del ajuste del Estado que lo ha llevado a una debilidad importante.

Bajo el impacto de la mundialización del capitalismo y las nuevas relaciones económicas y sociales que ésta genera, nuestras ciudades deshacen las antiguas relaciones culturales, comunitarias y religiosas, y precipitan a los habitantes a relaciones cada vez más difíciles y agresivas suscitadas básicamente por la exclusión de cada vez mayor cantidad de personas. “La juventud ha sido anatemizada y convertida en objeto de miedo. Los adultos tratamos de beneficiarnos de la impunidad, y cada uno siente que los valores de la vida social están siendo cuestionados más gravemente por estas faltas de civilidad y ética, que por el delito mismo (M. Marcus. 1997).

El nuevo gobierno del FMLN, estima que la necesidad social actual se perfila en dirección de solucionar los conflictos por la vía del entendimiento y la justicia, en función de prevenir la violencia. Para ello es necesario rediseñar la PNC en función de estos objetivos, dándole el carácter de “servicio público”, lo que la obliga actuar conforme a la ley, apoyada en la aceptación plena de la comunidad y protegiendo los derechos de las personas. Al mismo tiempo, se le reafirma a la policía el deber de descubrir la mayor cantidad posible de los delitos cometidos, a fin de que un sistema de justicia penal civilizada, equitativa y eficaz cumpla con su obligación de mantener la criminalidad en los límites socialmente tolerables.

La no comprensión de la dialéctica prevención-coerción, no es solo resultado del fracaso de un sistema penal que ha confiado exclusivamente en la represión, sino que es la contradicción inherente al proceso social, desde su misma aparición. Por tanto, debemos reconocer explícitamente el fracaso del actual sistema punitivo. (J. Curbet 1983).

En este contexto, se hacen cada vez más urgentes los esfuerzos por desentrañar la complejidad de los problemas de inseguridad, reducidos en muchos casos a problemas policiales, debido a la presión social por soluciones prácticas e inmediatas. Antes que la comprensión del problema, lo que prima frecuentemente es su administración, es decir, su regulación y encausamiento a través de medidas como la producción (muchas veces ingenua) de datos estadísticos y, sobre todo, de indicadores como acción prioritaria para “controlar la violencia”.

La seguridad es un bien público producido por una serie de instituciones y los ciudadanos, por lo que creer que la lucha contra la criminalidad es un simple problema de policía y de sanciones penales, es un error y una ilusión. Es necesario entonces, que todos los actores de la vida social que tengan un impacto potencial en la criminalidad de una ciudad, acepten compartir sus experiencias y sus acciones y coordinar éstas últimas. Esta cooperación reúne a privados y al sector público, y en ello los Consejos Municipales (con los Alcaldes al frente) tiene un papel de animación, planificación y de continuidad de esta asociación, estimulando la organización comunitaria, para buscar soluciones a los problemas propios de los conglomerados humanos. 

Debemos realizar una discusión sincera, alejándola de los oportunismos políticos para no caer en falsas opciones. Debemos recordar siempre que este es un tronco donde todos estamos apoyados, siendo responsabilidad del conjunto social, pero sobre todo de los decisores políticos, la racionalidad de las respuestas, ubicándolas en la línea del des-escalamiento de la violencia, desde sus causas hasta sus efectos.

Sin este compromiso real, nuestra confianza en la comunidad, la calidad de vida de nuestros ciudadanos sobre todo en las ciudades y los derechos de la gente, seguirán siendo vulnerados cada vez con mayor frecuencia y gravedad. Así mismo, mientras no se diferencien los niveles y categorías del crimen y se determinen estrategias y operaciones diferenciadas para hacerles frente, la violencia generalizada y el crimen organizado con la complicidad del poder, seguirá pervirtiendo nuestras Repúblicas. 

Los municipios deben trabajar conjuntamente con el sistema penal y el sistema de prevención (que no ha sido creado) y cada uno de estos actores, debe ser el complemento del otro. Es necesario trabajar en la ciudad, donde están los sitios más sensibles a la inseguridad y con poblaciones o grupos que sean víctimas frecuentes, o con autores de actos delictivos, principalmente con los jóvenes pandilleros y muchachos en riesgo; en las zonas marginales, los barrios, medios de transporte, deportados, las mujeres y los niños. Hay que aclarar que la participación de la comunidad, no significa concederle al ciudadano la legitimación para administrar justicia, pues aquí es donde deben participar eficientemente las instituciones judiciales, en una relación armoniosa ciudadano-Estado.
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viernes, 11 de abril de 2014

La violencia actual

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EL SUSTRATO HISTÓRICO DE LA VIOLENCIA ACTUAL
Oscar A. Fernández O.

"Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego". Mahatma Gandhi.

Existimos como seres sociales por naturaleza, es lógico que esparciéndose un tipo determinado de comportamiento, éste se transforme en un fenómeno social, de allí que del delincuente llamado común, pasemos a las bandas organizadas y al crimen organizado (de más alto nivel) evidencia de un grave problema general, que produce y reproduce la violencia, la cual nunca ha estado ajena a nuestra sociedad. 

Es así que la violencia socialmente, se ha convertido en un mecanismo de información subconsciente que hace dirimir los problemas por la vía violenta, actuando bajo diferentes estímulos y en diversas circunstancias; de tal manera que romper con esta cadena es un asunto complejo y que requiere por lo menos veinticinco años. Estamos frente al reto de una deconstrucción cultural decadente, para crear una civilización virtuosa y radicalmente democrática.

En la sociedad contemporánea, el tema de la violencia se ha venido convirtiendo, en un problema que exige definirlo no solo como un problema más, sino que ya es una cuestión de seguridad de Estado por el grado en que este flagelo afecta de manera importante la estructura y el funcionamiento del cuerpo social. Nuestra civilización capitalista-cristiano-occidental-contemporánea, es ante todo una civilización de la violencia por el carácter de su racionalidad interna. (Suárez-Ribero: 2004)

Por esto, la presencia de la violencia, la destrucción y la muerte en la escena de la vida cotidiana, ya no solo es inocultable, sino que se convierte en parte del paisaje social y se adosa a la cultura.

Leer las noticias o ver la televisión es una invitación macabra a encontrarse con las huellas de la muerte, la destrucción y la violencia en general. Una atmósfera de muerte nos envuelve, la violencia parece haberse convertido en el mecanismo por excelencia de resolución de cualquier conflicto, incluso los interpersonales.

Como si fuera “un castigo de los Dioses”, el crimen ha venido convirtiéndose en un rasgo de la vida cotidiana; algo que está pasando a ser como un fenómeno natural ante el cual ya no es posible hacer nada porque como la lluvia o la fuerza de la gravedad, es inevitable. La violencia ha tomado tanto cuerpo en nuestra sociedad que nada de sus manifestaciones concretas nos parece extraordinarias: homicidios, desmembramientos de cuerpos, masacres, atracos, etc. Desde la misma Conquista de América por el Imperio Español, que significó la aniquilación de nuestros antepasados hasta los últimos setenta años del siglo pasado, de Dictaduras sanguinarias que dieron origen a la guerra civil.

Estamos asistiendo a la aparición del fenómeno sociológico, llamado perversión criminal. Este fenómeno ya no sólo está relacionado con desviados sociales, que la sociedad y los expertos fácilmente identifican como una anomalía ubicada en niveles marginales de la sociedad, sino que está pasando a ser parte del modo de adaptación social, en un medio en que priva la barbarie, dónde sobrevivir pasa por matar.

La UNESCO establece en su resolución 18C/11.1, que: “La paz no es sólo la ausencia de guerra, sino que entraña principalmente un proceso de progreso social, de justicia, de promoción y defensa de los derechos humanos…”etc. En seguida resalta: “La causa inevitable de la violencia es la conclusión de un tipo de paz precaria que corresponde solamente a la ausencia de conflicto armado, sin progreso de la justicia, o peor aún una paz fundada en la injusticia y en la violación de los derechos humanos”. En esta línea trabajan hoy los gobiernos progresistas que como el salvadoreño, han emprendido un viraje honesto.

Es evidente que si las violaciones a los derechos humanos son consideradas universalmente como violencia, el interés de la definición dada por las Naciones Unidas, reside en que se le confiere a la violación de estos derechos la cualidad de violencia primera, en un encadenamiento de causas que entrañan efectos de retroacción, generadas por el orden establecido y una práctica antidemocrática de los poderes tradicionales, en la que se ha abusado de la razón de Estado, se impone el poder económico y se viola el Estado de derecho, en su contenido contractual. Un proceso de cambio y de enfoque de este problema se ha iniciado, pero falta mucho por recorrer, porque las trancas culturales e históricas del poder de facto aún están intactas.

La entronización en El Salvador en las últimas décadas de un modo de vida fundamentado en una racionalidad holista cuyo criterio de funcionamiento es el mercado neoliberal, genera representaciones, relaciones, subjetividades y estilos de vida que podríamos enmarcar en el contexto de lo que denominamos como "canibalismo". 

Esto no es más que la visión y estructuración del mundo desde la subjetividad, de acuerdo a la perspectiva del darwinismo social, que se fundamenta en la ideología de la supervivencia ya no del más apto si no del más poderoso, es decir del que más tiene, en la lucha encarnizada por la obtención de los bienes materiales, sociales y culturales que la sociedad ofrece en el mercado; vale decir, la lucha por la supervivencia material y social. Esto que constituye una situación de "ecología de la violencia" y que en sí misma es violencia estructural, genera procesos de anomia y de patrones de comportamiento estructural que se traducen en indicadores de violencia social.

Es a partir de la década de los ochentas cuando comienzan a ser aplicados en nuestros países, un conjunto de medidas de política económica conocidas como "ajustes estructurales", que prácticamente destruyeron la institucionalidad pública y empobrecieron la capacidad de respuesta que ésta debía de dar ante los problemas sociales y económicos. Es a partir de aquí cuando en muchos países latinoamericanos empezamos a tener noticias de la implantación de una economía basada en el "Libre mercado" con la irrupción en los escenarios sociopolíticos del consumismo insaciable. Desde ese momento comienzan a empeorar los indicadores del proceso de descomposición social que se habían venido incubando desde los tiempos de las Dictaduras y la guerra de liberación. Si se piensa en erradicar esta cultura de violencia social, debe entonces pensarse en desmontar este modelo económico depredador del ser humano, de lo contrario viviremos eternamente atacando los efectos mientras las causas se potencian como problemas “irresolubles”.
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viernes, 21 de marzo de 2014

La victoria electoral del FMLN

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EL FMLN: LA VICTORIA HOY ES LA SEÑAL DEL FUTURO

A la memoria de mi hermano Mario Ernesto caído en la lucha revolucionaria y en recuerdo de todos mis hermanos y hermanas que dieron su vida por la noble causa de la justicia, la libertad y la igualdad. Gracias por su generosidad.

Oscar A. Fernández O.

La ultraderecha y sus patronos los oligarcas-burgueses vernáculos, que aunque mermados, subsisten, están acostumbrados en éste y otros países de América Latina, a que cuando ven amenazado su poder tradicional, dan golpes de Estado y asesinan gente. Hay que recordarles a estos señores y a sus cada vez menos inteligentes testaferros políticos, que hoy vivimos otros tiempos, tiempos de cambios y auge de fuerzas progresistas y revolucionarias, tiempos de construcción de democracia y pluralismo popular, y que precisamente la lucha electoral es una parte de los mecanismos de la estrategia para quitarles el poder y disponerlo al servicio del pueblo, como siempre debió haber sido. 

La expansión capitalista exige la imposición del libre mercado y en consecuencia el desmonte del Estado Nacional, obligando a nuestros países al pago de la llamada deuda externa, sometiendo a nuestros pueblos a la explotación, el hambre y la miseria. En la búsqueda de este objetivo se nos impuso el recetario del Fondo Monetario Internacional (FMI). Nuestros pueblos sufrirían el impacto de las privatizaciones de las empresas del Estado, la desregularización laboral, la eliminación de los subsidios, la liberación de los precios y de las tasas de interés, el incremento sustancial de las tarifas de los servicios públicos, la pérdida de las conquistas en materia de seguridad social, la reducción de la inversión social, entre otros. La aplicación de estas medidas impactó las condiciones de vida de la gran mayoría, generalizándose el descontento y provocando la reacción de los pueblos. Los pueblos perdieron la confianza en los gobiernos, en los partidos derechistas y en las instituciones burguesas.

Esta victoria del FMLN en El Salvador, la consolidación del Sandinismo en Nicaragua, el avance sin precedentes en Honduras del Partido Libertad, formado por fuerzas progresistas y revolucionarias, y el insólito caso costarricense dónde la derecha se retira del proceso electoral que se desarrolla en segunda vuelta, después de perder apoyo popular, nos evidencia un giro a la izquierda en la política centroamericana y refuerza el avance político de las fuerzas democráticas y revolucionarias en América Latina.

Conectado con la decepción de los electores, en los últimos años, ante el incumplimiento de las promesas de crecimiento y estabilidad que acompañaron a las reformas estructurales basadas en el Consenso de Washington, se consideran tres factores adicionales, para el avance del FMLN. El primero es el proceso de construcción de un modelo social alternativo y de política económica, que sienta las bases para una transformación a largo plazo, del sistema capitalista depredador, que tiene a su base la maduración de las fuerzas productivas dentro de unas condiciones reales que no se pueden ignorar. No podemos dejar de ver la realidad actual, la situación de América Latina y del mundo entero, han cambiado enormemente en relación a la época que vivieron el Che y Fidel. El segundo es el fuerte efecto potencial que ha producido en amplios sectores sociales y políticos de América Latina, el avance del proceso revolucionario en Venezuela liderado por y el PSUV y su fundador Hugo Chávez (QEPD), el cual ha generado una respuesta contrarrevolucionaria brutal que ya hemos analizado en otros escritos, auspiciada por poderosas fuerzas foráneas, llevándonos a una campaña sediciosa en la que el poder tradicional conspira para acabar con las fuerzas democráticas y revolucionarias y recuperar sus viejos privilegios. ¿Piensan hacer lo mismo en El Salvador? debemos preguntarle a la oposición pro-oligárquica-burguesa. El tercero es el crecimiento de la pobreza, de la marginación y de la frustración, que han creado sociedades brutalmente polarizados entre la opulencia de pocos y la penuria de las masas.

En este sentido, un asunto de capital importancia en este contexto, consiste en esclarecer que la presencia cada día mayor de los movimientos y las fuerzas populares como actores políticos, es un desafío a la vieja democracia representativa y una verdadera oportunidad para ventilar y consolidar los avances democráticos ya conseguidos a través de una nueva ola de democratización alternativa.

Los partidos tradicionales enfrentan un desafío "desde arriba" por el debilitamiento del Estado como referente de la acción social; lo enfrentan también "desde el medio" por los propios problemas de reorganización del sistema partidista; y puede decirse que lo enfrentan también "desde abajo", por las nuevas organizaciones y movimientos que parecen debilitar su papel en la sociedad. Pero el FMLN, a pesar de sus más acérrimos críticos, ha sabido superar estos escollos y reafirmarse como el partido de la gente, del pueblo, de los excluidos y marginados, de los eternamente invisibilizados. Es el partido de las mayorías y esto no es poesía…es demostración.

En El Salvador, estas elecciones confirman el crecimiento de simpatía y concordancia, de una gran parte de la población, con la visión de país que ha comenzado a forjar el FMLN. Hemos de profundizar una política social que revalide las actuales acciones que en este campo ha realizado el presente gobierno, también impulsado por el Frente, y si como lo hemos dicho, logramos acompañarlo de una fase de crecimiento económico, seremos un ejemplo para la región centroamericana. Esto sin duda es un gran reto a la imaginación y la creatividad política. Debe ser la utopía realizable.

Pero, no se puede avanzar hacia los cambios estructurales, decía nuestro recordado camarada Schafik Handal, si no es por la vía de la transformación democrática, junto al pueblo, por la vía de la justicia social.

Hoy después del apretado triunfo electoral en el que nuevamente ha vencido el Frente, habría que destacar varios componentes: primero, que la derecha volvió a unirse frente a su enemigo el FMLN, es decir que el FMLN venció a la derecha unificada para esta segunda vuelta electoral. Segundo, la oposición derechista, sobretodo el partido de los fascistas y oligarcas-burgueses, incurrió en todo tipo de patrañas y amaños, para lograr incrementar su voto; lamentablemente las campañas mediáticas deformadoras de la verdad, lograron impactar en las aún débiles reflexiones de algunos sectores de la llamada “clase media”. Tercero y esto lo afirmo relativizando el término, parece que por momentos nos atuvimos de los resultados muy favorables obtenidos en la primera vuelta, en la cual, de no haber sido por esos inventos confusos de la democracia burguesa (segundas vueltas) ya se demostraba una victoria definitiva y contundente. La mayoría había hablado, entendiendo que la mayoría no es el cincuenta por ciento de los electores, pues estos se dividen en las distintas opciones.

Lo que debe destacarse dentro de este épico triunfo del FMLN, es el hecho inédito en América Latina, que el presidente y vicepresidente electos de nuestro país, son dos luchadores sociales, revolucionarios históricos, con quienes hemos batallado por más de cuarenta años por construir un El Salvador justo, libre y soberano, ofreciéndoles a las fuerzas progresistas y a aquellos que quieran un mejor El Salvador, que nos acompañen en esta titánica e histórica tarea de construirlo juntos.

Por eso y muchas cosas más, hay que terminar de darle a esa derecha recalcitrante, el remate político en la batalla que se avecina en 2015, para tomar y reforzar las alcaldías y la Asamblea Legislativa, desde donde debe apoyarse el camino a la democracia alternativa y al poder popular, trazando las líneas que configuren el nacimiento de un nuevo estado verdaderamente democrático. 

No podemos perder de vista, que en términos supranacionales, frente al brutal capitalismo globalizado y formulando como hemos dicho, una proyección a largo plazo, no queda otro camino sino es como un bloque integrado latinoamericanista. No se trata de un mero voluntarismo, al decir de Garretón (2006), hay que enfrentar los problemas más urgentes, pero que implican siempre el predominio de la dimensión política.

¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!
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