domingo, 17 de marzo de 2024

Datos sobre el Popol Vuh


- "Popol Vuh", también conocido como el "Libro del Consejo", es un elemento cultural central del pueblo Maya-Quiche, que detalla su mitología e historia.
- Este texto sagrado describe la creación del mundo, las aventuras de los héroes gemelos Hunahpú e Xbalanqué y la genealogía de los gobernantes Quiche.
- La narración comienza con la historia de la creación, describiendo cómo el mundo y los humanos fueron creados por los dioses del panteón maya.
- Luego pasa a los cuentos épicos de Hunahpú e Xbalanqué quienes emprenden una serie de desafíos en el inframundo, Xibalbá.
- El "Popol Vuh" también narra el linaje del pueblo Quiche, rastreando sus orígenes y resaltando su ascendencia divina.
- Transcrito en el siglo XVI, es uno de los pocos textos sagrados precolombinos que han sobrevivido a la destrucción poscolonial.
- El "Popol Vuh" es invaluable para comprender las creencias, prácticas y estructuras sociales de los antiguos mayas.

B/EH

Datos sobre el período precolombino en El Salvador


- Antes de la conquista española, El Salvador estaba habitado por pueblos amerindios con estratificación social bien diferenciada sin llegar a una estructura de clases antagónicas por la propiedad de la tierra.
- Los pueblos indígenas eran los Lencas, Chortis, Xincas, Uluas, Chorotegas, Pocomames y Pipiles.
- Los paleoindios fueron los primeros habitantes, seguidos por la llegada de los mayas y lencas alrededor del 1500 a.C.
- La cultura de Cotzumalhuapa se estableció entre el 600 y 1000 d.C., con evidencia arqueológica en Cara Sucia.
- Los lencas formaron el principado de Managuara Najochán en la zona oriental.
- En el siglo XIV, el Principado Maya-Lenca de Najochan se reunificó y sobrevivió hasta la conquista española en 1530.
- Durante el periodo clásico, los sitios dominantes del área occidental y central comerciaban y se influenciaban en arquitectura por Copán.

B/EH

sábado, 16 de marzo de 2024

Deportación creciente desde Estados Unidos a principios del 2024


La migración es un fenómeno esencialmente económico que se origina históricamente por la desposeción de la tierra de pequeños y medianos campesinos, que se vuelven personas que buscan o adquieren un trabajo asalariado migrando al interior o al exterior del país. El fenómento tiene un reciclaje desarrollado por las leyes del funcionamiento del mercado de mano de obra que genera desempleo y precarios niveles de salario. 

Según estos datos, sujetos a verificación, en el caso nuestro, las deportaciones de personas de nacionalidad salvadoreña desde Estados Unidos de América han aumentado en al actual período, con datos hasta enero del 2024,  indicando que el flujo migratorio desde El Salvador se mantiene o aumenta contradiciendo la asfixiante propaganga oficial sobre una supuesta "nueva era" de desarrollo económico y social en el país.

He aquí un breve listado de datos:

- Aumento de deportaciones: Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en enero de 2024, las deportaciones de salvadoreños desde Estados Unidos aumentaron un 145.6%, alcanzando 1,098 deportaciones.

- Factores económicos: La OIM indica que estos representan el principal motivo de migración irregular, con un 72.1% en adultos y 66.7% en niños y adolescentes.

- Reunificación familiar: Es el segundo motivo más común, con un 16.9% en adultos y 19.5% en menores de edad, según la OIM.

- Inseguridad: También es un factor significativo, afectando a un 9.3% de adultos y 11% de niños y adolescentes, reporta la OIM.

- Comparación con Honduras: El aumento porcentual de retornos de El Salvador supera al de Honduras, que registró un aumento del 65.6%, menciona la OIM.

Desafíos por deportaciones masivas: Plantean retos para los países de origen y receptores, resaltando la necesidad urgente de abordar las causas fundamentales de la migración irregular, destaca la OIM.

B/EH

sábado, 9 de marzo de 2024

Avances y retrocesos del proyecto Bukele en elecciones 2024.

Avances y retrocesos del proyecto Bukele en elecciones 2024.

Roberto Pineda. San Salvador, 6 de marzo de 2024
Publicada el 06/03/2024 por SIEP

Introducción

Las recién finalizadas elecciones -tanto presidenciales, como legislativas, municipales y del PARLACEN- permiten concluir que sus resultados no fueron los soñados y esperados  por el presidente Bukele.
Y aunque logró la anhelada reelección presidencial en febrero, las cuentas no cuadraron en lo legislativo ni en lo municipal , pese a obtener la mayoría en ambos espacios. Y esto no obstante el férreo control – tanto legal como ilegal- ejercido sobre este proceso por parte de los operadores y subordinados del proyecto político cyan (incluyendo a TSE y FGR).
Esto hace que la voluminosa victoria en la elección  presidencial, deje un innegable y reconocido sabor de derrota, principalmente en las elecciones municipales.

Los resultados son los siguientes; en lo legislativo, de 60 diputados, Nuevas Ideas obtiene 55, PDC 2, ARENA 2, y VAMOS 1, quedan fuera GANA y FMLN.  A nivel de PARLACEN, NI obtiene 13 diputados, ARENA 2, FMLN 2, GANA,1, PDC, 1 y PCN, 1.
En lo municipal, de 44 alcaldías, la proyección otorga 28 alcaldías a Nuevas Ideas, dos de esas en coalición con Cambio Democrático (CD); seis a la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), tres al Partido de Concertación Nacional (PCN), cuatro al Partido Demócrata Cristiano (PDC), una a la coalición PCN-PDC, una a Fuerza Solidaria (FS) y una a la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). En lo municipal queda fuera el FMLN.

Estos resultados vinculados a lo legislativo y municipal, sacaron a relucir grietas de vulnerabilidad, ya que incluso en lo local, el proyecto Bukele tendrá la necesidad de ampliar la base política de su mandato territorial, con aliados como PCN, PDC, GANA, y FS, e incluso con el trago amargo de la ARENA rosada, tanto en La Libertad este como en la Asamblea Legislativa.  
El control férreo del proceso y estos desenlaces inesperados -en lo legislativo y municipal- reflejan políticamente, debilidad más que fortaleza de un proyecto que se asemejaba a una aplanadora que iba a derribar a los viejos partidos surgidos de la guerra y los Acuerdos de Paz, el FMLN y ARENA. No lo lograron, la memoria histórica es rebelde.

La lección es que todo lo que sube baja, aunque tarde en bajar, así como que Bukele no es todopoderoso -puede ser derrotado- aunque se encuentre en la cúspide de la colina del poder. La reelección de Claudia Ortiz como diputada -del minúsculo partido de derecha Vamos- es por esto muy significativa, dado su papel de figura opositora al régimen.

A la vez que  la victoria de Milagro Navas de ARENA rosada – no tricolor- en la Libertad Este, sobre la principal candidata de Nuevas Ideas; la humillante derrota de Will Salgado en San Miguel Centro por el PDC y de Cesar Godoy en La Libertad Costa (donde se encuentra Surf City) por GANA;  tienen histórica y simbólicamente en el imaginario político, mucho más peso que la raquítica conquista por Mario Duran de San Salvador centro.

Nuevas Ideas será indudablemente la fuerza política mayoritaria de esta década, como lo fueron en el pasado el FMLN -guerrilla convertida en partido político gobernante -durante la segunda década de este siglo (2009-2019)-; ARENA -el partido de la derecha oligárquica- de 1989 a 2009.

El PDC -el instrumento político de la guerra de contrainsurgencia-durante los años ochenta, el PCN – el viejo partido de la dictadura militar-durante los años sesenta y setenta del siglo pasado, respectivamente. Para no mencionar al PRUD -años cincuenta- y a Pro-patria, el partido del General Martínez -años treinta y principios del cuarenta-. El arcoiris del poder político en las últimas décadas se ha pintado de azul, verde, tricolor, rojo y cyan.

En este contexto, a continuación exploramos algunos escenarios a futuro que se plantean para el proyecto político Bukele y sus aliados, para la derecha e izquierda partidarias, así como para el movimiento popular y social.
  
El proyecto Bukele

El proyecto Bukele logra mediante estas elecciones asegurar su mandato autoritario hasta el año 2029. Y lo hace contando con cuatro pilares estratégicos; respaldo popular, control del estado, imagen mesiánica y neutralidad imperial.

La naturaleza de clase del proyecto Bukele lo separa de los intereses oligárquicos, de los cuales no es subordinado, ya que representa  los intereses de sectores emergentes de la burguesía  comercial, que surgen en el marco de la década de gobierno del FMLN. Son intereses ligados a lo urbanístico, centros comerciales, fomento del turismo, entre otros. Y lo hace en estrecha alianza con el capital transnacional.

El primer y fundamental pilar, es que goza del respaldo indiscutible de la mayoría de la población, tanto dentro del país como de la diáspora, básicamente en agradecimiento a sus políticas represivas pero eficientes de seguridad pública. Pero por otra parte enfrenta hacia futuro la necesidad urgente de garantizar mayores niveles de bienestar popular, mediante la creación de empleos, abaratamiento de la canasta alimenticia, entre otras medidas.  En la medida que logre éxitos en este complejo terreno,  su popularidad se mantendrá, en caso que no lo haga, esta irá disminuyendo. La primera prueba de fuego será en el 2027.  

El otro factor es su control unipersonal del ejecutivo, legislativo, judicial, PNC, Fuerza Armada y de buena parte de la gestión municipal. Este factor le garantiza que se implementen todo tipo de decisiones en lo económico, político, diplomático, financiero, etc. Pero a la vez le condiciona a que el peso de cualquier tipo de decisión sea -asumida o no- responsabilidad de la administración Bukele.

El tercer factor unifica a los dos anteriores y se manifiesta como la visión mesiánica, indiscutible, de un líder bonapartista que asume la conducción unipersonal del estado. Esto le da unidad de mando, pero a la vez es inescapable la responsabilidad política que conlleva, le pertenecen las victorias, pero también  las derrotas.  

Y por último se encuentra la actitud de Estados Unidos, que ha pasado del respaldo durante la administración Trump (embajador Johnson 2019-2021); a la actitud opositora inicial de Biden (embajadora Manes 2021-2022) que luego se ha convertido –por necesidades de frenar la migración- en actitud de “neutralidad cordial”  y se materializa con el nuevo embajador Duncan (2023 a la actualidad). Esta posición a su vez incide en la actitud de la Unión Europea hacia El Salvador.

Un triunfo republicano en Estados Unidos en noviembre de este año de su “amigo” Trump -que no puede descartarse- vendría a fortalecer aun más el proyecto Bukele.  En el caso de China, su apuesta con nuestro país es más estratégica que táctica.

La derecha partidaria opositora (ARENA, Vamos, Nuestro Tiempo)

ARENA nació  en 1981 en el marco de una situación revolucionaria, en la cual los sectores de la antigua oligarquía terrateniente, construyeron un instrumento político para enfrentar este urgente peligro.
Luego el partido fue evolucionando con Cristiani hasta terminar representando los intereses de la oligarquía financiera. En la actualidad, parece ser que concluyó su ciclo histórico, dado entre otras causas, a la predominancia en la economía del capital transnacional -estadounidense, mexicano, suizo, colombiano, hondureño e incluso  de la República Dominicana (grupo Rizek recién compró AFP Crecer)- en la economía del país. 
 
Es evidente una ruptura en su seno entre dos sectores. Un sector que controla la cúpula del partido (Carlos García Saade) y se ubica en la oposición al régimen, representando los intereses de algunos sectores del capital oligárquico, particularmente los vinculados con el clan Cristiani. Este sector de ARENA impulsa un frente común con los partidos Vamos y Nuestro Tiempo en oposición al presidente Bukele. Y su principal bandera de lucha es la democratización del país.  

Otro sector, en el que puede ubicarse a Milagro Navas  y los dos diputados electos, representa  a sectores del capital oligárquico interesados en fortalecer una alianza “de beneficio mutuo” con el clan Bukele, entre estos la familia Callejas, dueños de Super Selectos, que recientemente abrieron su tienda número 12 en el mall Mediterráneo de Ahuachapán, a la vez que compraron en Colombia la principal cadena de supermercados, de nombre Éxito.  

Estos dos sectores al interior de ARENA pueden llegar a acuerdos de coexistencia o enfrascarse en una batalla interna por el control del partido. Las próximas semanas nos revelaran hacia donde se orienta este proceso.
Por otra parte, es muy interesante como desde hace quince años, desde el triunfo presidencial del FMLN en el 2009, la derecha mediática (TCS,LPG,D de H) se ha convertido en la abanderada de la lucha por los derechos humanos  y en la actualidad incluso da cabida a noticias de las luchas del movimiento popular y social. Cosas veredes, amigo Sancho.

La derecha partidaria aliada ( PCN, PDC, GANA, FS,CD)

Cada uno de los cinco partido aliados de Bukele representan intereses de sectores sociales claramente definidos. En el caso de PCN  representa intereses de sectores vinculados a la agricultura, en el caso de PDC, GANA, FS y CD,  a sectores urbanos de clase media.

Pensar que el apoyo incondicional al proyecto Bukele se mantendrá inalterado por parte de estos partidos es ingenuo. Cada uno de ellos tratara mediante su practica política de ampliar su base social para garantizar su continuidad  e incluso ampliación para las elecciones de 2027. El olor de la guayaba del poder es muy poderoso.

Y esto conducirá inevitablemente a conflictos con Nuevas Ideas, lo que va conducir a pasar del actual apoyo incondicional, a un apoyo crítico y hasta a visos de independencia.  Los ritmos de este proceso lo determinaran sus propias necesidades partidarias. Y no sería extraño que al interior de estas cinco fuerzas este ya incubándose el reemplazo histórico del presidente Bukele.

La izquierda partidaria (FMLN)

El FMLN es el resultado de la unidad de cinco fuerzas de izquierda (PCS,FPL,ERP,RN y PRTC) así como de la acumulación histórica de cuarenta años de luchas populares contra la dictadura militar, que incluyeron las luchas cívicas electorales y populares de los años sesenta y setenta, la lucha guerrillera de los años ochenta, y los diez años de gobierno de este siglo.

En la actualidad, parece ser que concluyó su ciclo histórico, aunque esto sea bastante difícil de asimilar, dado los lideratos históricos. Es un partido dividido en tres tendencias, con diferencias programáticas y de táctica política (política de alianzas). Una de estas plantea la necesidad de mantener su ideología marxista, otros dos se inclinan más hacia un planteamiento socialdemócrata.
Una de estas plantea que el enemigo principal y más peligroso a derrotar  es el proyecto Bukele, otra que lo sigue constituyendo el imperialismo y la oligarquía (posición que coincide con la de Dagoberto Gutiérrez).

A partir de estas visiones contrapuestas una de estas se inclina por una alianza política con ARENA, Vamos y Nuestro Tiempo, otra rechaza de tajo tal alianza. Una de estas mantiene su vinculo e influencia en el movimiento popular y social, mientras las otras dos se dedican exclusivamente a la institucionalidad partidaria.

Puede vislumbrarse diversos escenarios  al interior del FMLN para la resolución de estas diferencias. Un primer escenario es el de la inercia partidaria, mantener la coexistencia de las tres tendencias, realizar exclusivamente cambios formales y prepararse para la próxima derrota electoral del 2027.

Otro escenario es el de la ruptura, aprovechar los resultados electorales para pasar facturas políticas que conduzcan a un estallido, en el que cada tendencia haga tienda aparte, incluso conservando cada una las cuatro letras.

Un tercer escenario es el de abrirse a una reflexión seria, que incorpore a la izquierda no partidaria, a sectores democráticos, y al movimiento popular y social en un debate que reactualice el ideario emancipador, con claros contenidos anticapitalistas y antipatriarcales.

Y que como resultado de esta reflexión surja la emergencia de un nuevo instrumento político de lucha popular y social, abierto, amplio, pluralista. Como en el caso de ARENA, las próximas semanas nos revelaran hacia donde se orienta este proceso.

El movimiento popular y social

El movimiento popular y social es en la actualidad un movimiento caracterizado por la debilidad y dispersión tanto ideológica como orgánica. Cada 1 de mayo, las diversas marchas son la expresión trágica de esta situación.
Pero no obstante esto, los resultados electorales para el FMLN derivan precisamente de ese movimiento popular y social, que se identifica con un pensamiento de izquierda. Los grandes desafíos radican en lograr por lo menos la unidad de acción y una agenda común de lucha, entre sus componentes principales, entre los cuales se encuentra el Bloque de Resistencia y Rebeldía y la Alianza Nacional El Salvador en Paz.

Conclusiones

El enfrentamiento de clase en El Salvador asume nuevas características, dada la situación inédita de la hegemonía política de un sector de la burguesía, que mediante un régimen de bonapartismo político, logra el desplazamiento del aparato de estado, tanto de los sectores de la derecha oligárquica, como de la izquierda.

Son tres grandes sectores que a futuro sacaran a  relucir sus espadas.  En el caso del proyecto Bukele, para garantizar la continuidad de su mandato, en el caso de la oligarquía opositora, para aumentar cuotas de poder y en el caso de la izquierda política y social, para organizar, concientizar y movilizar a los sectores populares. La pelea esta planteada.

Subrayados y negrillas son nuestros, EH.


jueves, 7 de marzo de 2024

La deuda de pensiones


Breves notas sobre la deuda de pensiones

César Villalona

En enero de 2023, cuando entró en vigencia la “Ley Integral del Sistema de Pensiones”, el señor Alejandro Zelaya, entonces Ministro de Hacienda del Gobierno de Bukele, dijo en un canal de televisión que el Gobierno ya no agarrará dinero de los fondos de pensiones que administran las AFP.

Zelaya dijo eso porque se eliminó el Fideicomiso de Obligaciones Previsionales (CIF), mediante el cual las AFP le otorgaban préstamos al Gobierno a cambio de Certificados de Inversión Previsional (CIF), para que cubriera algunos compromisos de pensiones, sobre todo el pago de pensiones del sistema público, el cual había quebrado tras el surgimiento de la AFP en 1998.

Pero resulta que lo dicho por el Ministro no era cierto, porque los CIF fueron sustituidos por Certificados de Obligación Previsional (COP), emitidos por el Instituto Salvadoreño de Pensiones (un ente público también creado en 2023) para que las AFP los compren de forma obligatoria y entreguen dinero para “financiar pagos que se generen de las obligaciones previsionales del Estado” (artículo 9 de la ley de creación de los COP).

De manera que lo que hubo fue un cambio de nombre, pues en vez de venderles CIF a las AFP, ahora se les venden COP. Pero hay que agregar que los COP generan dos peligros adicionales: pueden ser emitidos sin límites y el ente emisor no garantiza su pago.

Entonces, contrario a lo que aseguró el exministro de Hacienda, el Gobierno sigue tomando dinero de los fondos de pensiones. Entre abril de 2023 y enero de 2024 agarró $1,247 millones, una cifra escandalosa, pues el pago de pensiones del sistema público no requiere ni la tercera parte de ese monto. (Ver https://estadisticas.bcr.gob.sv/serie/informacion-relacionada-al-sistema-de-pensiones).

En la nueva ley también se aprobó que durante cuatro años (2023-26) el Estado no pagará ni un centavo de amortización e intereses por la deuda acumulada con los fondos de pensiones, que inició en 2007 y para 2019 estaba en $5,265 millones. Hoy esa deuda está en $9,644 millones. O sea, que en lo que va del Gobierno de Bukele creció 83%. Y a la velocidad que lleva, para el primero de junio, cuando se cumplan los cinco años del Gobierno, habrá aumentado 100%, es decir, se habrá duplicado.

El monto que el Gobierno no pagará hasta 2026 rondará los $2,500 millones. Ese es un golpe para la población cotizante, pues como el dinero no pagado no genera rendimientos, cuando la gente se vaya a pensionar encontrará en su cuenta un ahorro menor del que debía tener.

Además, como el Gobierno sigue agarrando dinero de los fondos de pensiones, es probable que cuando le toque pagar no pueda hacerlo. Y si no paga, más de 900,000 personas quedarán estafadas.

Pero ante esta peligrosa realidad, el presidente de la república, en vez de dar la cara lo que hizo fue ordenarle al exministro decir falsedades.

7 de marzo de 2024

domingo, 7 de enero de 2024

Crisis de oposición, victoria de Bukele

La crisis de la oposición es la causa principal de la inminente victoria de Bukele en las elecciones de Febrero. 

Por Colectivo Tetzáhuitl 

¿Es Bukele invencible en esta próxima contienda electoral?  

Ningún candidato es invencible en cualquier parte del mundo, pero en el caso de El Salvador todo indica que muy difícilmente Bukele será derrotado. 

No perderá las elecciones presidenciales por méritos propios sino porque enfrenta a una oposición en crisis, decadente y sin conciencia de su inminente derrota. 

Todas las encuestas de opinión, incluyendo las que no controla el oficialismo, le dan a Bukele una victoria arrasadora en primera vuelta. 

Hay quienes sostienen que en otros países de la región, como Guatemala o Ecuador, las encuestas fallaron en sus pronósticos y predicciones. 

Pero ese argumento suena a excusa barata. 

La realidad de esos dos países es muy diferente a la nuestra. 

Ni en Guatemala ni en Ecuador existía un candidato con tan altos niveles de aceptación ciudadana y que controlara todo el aparato de Estado.  

En El Salvador, Bukele puede violar la Constitución impunemente y nadie tiene el poder para impedírselo. 

A pesar de que su candidatura es inconstitucional y por tanto ilegal, el Tribunal Supremo Electoral no tuvo ningún empacho en inscribirla.  

De entrada, se trata de un proceso viciado en el que la oposición ha decidido jugar.  

Los partidos saben que van a perder y no obstante decidieron participar. 

Acá la interrogante es: ¿Por qué los partidos de oposición, incluyendo al FMLN, participan de un proceso electoral viciado, ilegal, en el que no controlan las reglas del juego, a sabiendas de que su participación le concede cierta legitimidad a la consulta presidencial y que no tienen ningún chance de ganar?  

¿Son tan ingenuos o su desconocimiento político llega a tales extremos que no saben leer las encuestas?  

Algunos llegan al ridículo de asegurar que la popularidad de Bukele va en caída libre y que llegado el Domingo 4 de Febrero se verán sorpresas.  

A estas alturas (a menos de un mes del evento electoral) ya no cabe esperar ninguna sorpresa.  

Meses atrás, incluso en este colectivo de análisis, éramos de la opinión que en política nada está escrito en piedra y que las cosas podían cambiar a raíz de nuevos sucesos que pudieran ocurrir.  

Pero al final no pasó nada novedoso. 

La oposición no nos sorprendió con una campaña inteligente y creativa que atacara los puntos débiles de la gestión presidencial de Bukele.   

Ningún candidato pudo denunciar el autoritarismo bukeleano con energía y eficacia, como sí lo hicieron algunas organizaciones de la sociedad civil.  

Y tampoco pudieron vincular el deterioro de las condiciones de vida de la población y las bajas proyecciones de crecimiento y dinamismo de la economía con las decisiones ejecutivas tomadas por Bukele y su equipo de trabajo en estos ya casi 5 años de gobierno. 

Los candidatos presidenciales no pudieron desmontar la sofisticada campaña de desinformación del gobierno acerca de las precarias condiciones económicas y sociales del país.  

Nadie hizo ver que la economía no crece a una tasa mayor porque este gobierno nunca diseñó una estrategia de desarrollo económico quinquenal, tal como le obliga la Constitución. 

Ningún candidato fue capaz de poner en evidencia la política económica neo liberal y pro oligárquica del clan Bukele.  

Tampoco se pusieron al descubierto los pactos con la oligarquía y la defensa que Bukele y sus aliados en la derecha hicieron de los intereses oligárquicos en detrimento de la población, sobre todo de las familias pobres y excluidas del país.  

En ninguna de las escasas propuestas de gobierno que se conocieron hubo siquiera alguna referencia a desmontar la estructura de privilegios que los grupos oligárquicos construyeron en los 20 años de gobierno de ARENA. 

Nadie propuso, ni siquiera el candidato del FMLN, una reforma tributaria progresiva donde “el que gana más paga más impuestos” 

Nadie habló de establecer un impuesto al patrimonio de los 160 millonarios que concentran más del 90% de la riqueza nacional en el país.  

Tampoco hubo una propuesta de aumento al impuesto a las ganancias y a la repatriación de utilidades del capital extranjero. 

No entró al debate el tema de la fracasada y falsa reforma previsional aprobada por Bukele que continúa manteniendo bajas las pensiones de los trabajadores y altas las ganancias de las AFP’s.  

Ninguno de los candidatos presidenciales denunció que la reforma previsional de Bukele solo pretendía resolver un problema de financiamiento y pago de la deuda pública. 

El tema del salario mínimo y el alto costo de la vida no ocupó una parte importante de la agenda electoral de los candidatos presidenciales.  

Ningún candidato ha formulado a la fecha y a escasos días de las elecciones alguna propuesta de incremento salarial, como sí lo hicieron en el pasado los dos gobiernos del FMLN.  

Tampoco han propuesto medidas para combatir la inflación y bajar el costo de la vida. 

Es como que si deliberadamente le han dejado el terreno libre a Bukele para que continúe con su demagogia que lo hace aparecer como un líder populista, vinculado a las aspiraciones populares y preocupado por las necesidades de los pobres. 

Nadie lo desenmascaró durante la campaña ni lo presentó como lo que es: Un Presidente pro oligárquico y neoliberal, derechista y ultra conservador, además de mentiroso, demagogo y corrupto que no cumplió ni siquiera con un 10% de sus ofertas electorales, formuladas en el 2019.  

De ARENA puede esperarse cualquier cosa.  

Por 20 años fue el partido orgánico de la Oligarquía.  

No tiene por qué entonces albergar un sentimiento anti oligárquico y menos anti capitalista.  

No tiene por qué ser oposición de un aliado de los grupos de poder en el país. 

En cambio, Manuel “el chino” Flores, candidato presidencial del FMLN, se suponía que era otra cosa. 

Él debió tomar distancia de José Luis Merino, el dirigente del FMLN que ha montado desde 2012 una alianza política y empresarial con Nayib Bukele y su clan familiar. 

Lejos de eso guardó un silencio cómplice y omitió hacer de esta alianza un tema de campaña y de ataque político electoral hacia Bukele y hacia la dirigencia de su partido que participa de este acuerdo espúreo con beneficios tangibles. 

Por alguna razón, el chino Flores ha evitado las referencias hacia ese tema, a sabiendas que esta alianza, y no los gobiernos del FMLN, es la responsable de la debacle política y electoral de la izquierda partidaria en el país. 

A pesar del autoritarismo y las violaciones frecuentes a la Constitución por parte de Bukele y de varios de sus funcionarios, la reelección la tiene asegurada desde hace tiempo. 

Trabajó para eso y recibió la ayuda de la oposición que no ha podido recuperarse de su crisis de credibilidad y confianza. 

Sin dejar de mencionar que según las encuestas de opinión el tema del autoritarismo, los atentados a la democracia, las constantes violaciones al Estado de Derecho y a la Constitución no parecen importarle a la población.  

Nos atreveríamos a decir que la mayoría de los ciudadanos no solo no entienden estas violaciones sino que tampoco son motivo de preocupación y menos de rechazo. 

Por eso como lo advertíamos al inicio de estas reflexiones: Bukele va a ganar fácilmente un segundo mandato presidencial, por muy inconstitucional que sea, no tanto por mérito propio sino porque la oposición no tiene capacidad para ganar las elecciones y recuperar la confianza perdida. 

Requiém para la oposición!