Poco dinamismo económico
1. El Gobierno había estimado un crecimiento económico (del PIB) de 4.5%. El FMI lo estima en 3%. El índice de Volumen de Actividad Económica cayó -0.23% en enero. Seguramente hará otras proyecciones a la baja del PIB, pues no hay factores de demanda que estimulen la inversión.
2. De las cuatro variables de consumo privado, solo las remesas familiares crecen y a un tasa menor que la del año pasado:
a) Los salarios no aumentarán porque las empresas no lo permitirán, ya que sus costos han crecido mucho (energía, combustibles, insumos agropecuarios, materiales de construcción, etc.). El costo también aumentará en las MIPYMES cuando absorban, a partir de octubre, el ajuste del salario mínimo que entró en vigencia el año pasado y que todavía paga BANDESAL.
b) Las pensiones siguen bajas. No habrá mejorías si no se crea un sistema público ni se modifican algunos parámetros, como la aportación patronal, la comisión por administración, entre otros. Esas decisiones difícilmente las tome el Gobierno.
c) El crédito al consumo está deprimido. En 2021, año de recuperación económica, creció 3.3%, o sea, menos que la tasa de 4% de los años 2014-2019. En el primer cuatrimestre de 2022 mantuvo el mismo nivel de crecimiento (3%). La caída del ingreso real de la población, ocasionada por la inflación, hace más riesgoso el crédito al consumo.
d) Las remesas crecieron 6% entre enero y abril, tasa mucho menor al 26% del año pasado, cuando en E.U. se recuperó el empleo y el gobierno de ese país otorgó ayudas para paliar los efectos de la pandemia. Además, en abril disminuyeron -0.17%con respecto a abril de 2021. Es posible que la alta inflación en Estados Unidos haga que las remesas bajen su ritmo.
3. Las variables de consumo están afectadas por la inflación, que hasta abril era de 2.74% y podría superar el 6% del año pasado, que fue el de mayor inflación de los últimos 25 años. O sea, el ingreso real de la población sigue disminuyendo. Y el golpe es mayor para los sectores populares, que tienen menos ingresos y limitan su consumo a la canasta básica, cuyo encarecimiento es mucho mayor que el 2.74% de inflación general.
4. La variables de inversión privada muestran una pérdida de dinamismo:
a) Entre enero y abril las importaciones de bienes de capital (maquinarias, herramientas y equipos) disminuyeron -19% en el comercio y -54% en el sector electricidad, agua y servicios.
b) El crédito al sector privado creció 11%, pero impulsado por el comercio importador, no tanto por la producción nacional.
c) Entre enero y febrero de este año, 11,684 personas dejaron de cotizar en las AFP, no por haberse jubilado, sino por haber perdido el empleo en las empresas privadas formales. La pérdida de empleo formal muestra que la inversión privada ha disminuido.
d) No hay datos de inversión extranjera, pero en el último trimestre de 2021 la inversión neta fue negativa, pues la salida por repatriación de utilidades supero la inversión nueva. El Salvador fue el único país de Centroamérica, Panamá y República Dominicana que tuvo esa característica. Y ello ocurrió precisamente en el momento en que iniciaba la Ley Bitcoin, que según el Gobierno generaría mucha inversión extranjera.
5. La inversión pública no va bien, pues los gastos de capital apenas han crecido 4% hasta marzo.
6. Uno de los sectores económicos más afectados es el agropecuario, que enfrenta alza de costos y mucha competencia de importaciones, que entre enero y abril aumentaron 26%. También crecieron mucho (25%) las importaciones de bienes industriales, lo que supone una fuerte competencia fuerte para la industria nacional.
Sector externo muy deficitario
1. Las exportaciones de bienes crecieron 15% entre enero y abril, pero las importaciones aumentaron 25%. La brecha comercial creció 36% y sumó 3,320 millones, un monto que no es compensado por las remesas familiares del mismo período, que sumaron 2,444 millones. La diferencia es de 876, que no es compensados por la cuenta de capital, que incluye la entrada y salida de dólares por préstamos, bonos, inversión extranjera, pago de deuda, repatriación de utilidades, etc.). Por lo tanto, en la economía se está presentando un problema de liquidez que puede terminar afectando las importaciones y la producción nacional.
2. En el primer trimestre del año no se registra entrada de dólares por bonos, o sea, que el Gobierno tiene dificultades para seguirse endeudando. Y mientras ha recibido 206 millones de desembolsos de préstamos aprobados, ha pagado 509 millones de deuda: 435 de intereses y 74 de amortización. Eso significa salida neta de recursos por 303 millones, es decir, que por la vía de la deuda no se consiguen los recursos necesarios para financiar las importaciones.
Elevado déficit fiscal y deuda pública
1. El déficit fiscal representa el 6% del PIB, el doble de lo que se estima tolerable. Y el presupuesto de este año tiene un faltante de 1,209 millones.
2. La recaudación tributaria ha subido, sobre todo por la inflación y el pago de renta empresarial sobre la alta ganancia del año 2021. El Gobierno podría recaudar alrededor de 300 millones más de los estimado, pero también ha tenido gastos no previstos, como la cuto de 80 millones para incorporarse a la Corporación Andina de Fomento y el subsidio a los combustibles, que rondará a los 50 millones. También recaudará menos por los combustibles, debido a la supresión del FEFE y el COTRAMSS y el recorte de un porcentaje del IVA.
3. Según el ministro de Hacienda, las necesidades de financiamiento para cubrir el presupuesto rondan los 800 millones de dólares. Pero también hay que conseguir otros 800 millones para pagar una deuda que vence en enero de 2023. En total, se necesitan 1,600 millones para cubrir el presupuesto y pagar la deuda de enero de 2023. Pero también hay una deuda de corto plazo Letes y Cetes) de 2,400 millones de dólares, que hay que pagar en un año y no hay recursos del presupuesto destinados para ello. Solo puede pagarlos vendiendo más Letes y Cetes.
4. El Gobierno procuró un préstamo del FMI por 1,300 millones, pero la negociación se entrampó porque el FMI le propone un ajuste fiscal recesivo de 1,000 millones de dólares en tres años, el cual incluye elevar impuestos al consumo y recortar gastos). También le pide que se anule la Ley Bitcoin.
5. La deuda pública creció de 19,800 en diciembre de 2019 a 24,600 millones en febrero de 2022 (24%) y representa el 87% del PIB (muy elevada).
6. Debido al entrampamiento de la negociación con el FMI y a las dificultades para pagar la deuda, el Riesgo País (de pagar la deuda) subió de 17% a 24%, lo que coloca a El Salvador como el segundo país de América Latina con mayor riesgo de no pagar la deuda, después de Venezuela. A su vez, La calificación crediticia del Estado cayó a Caa3, que significa mucho riesgo de pago de la deuda.
7. Para enfrentar el pago de la deuda el Gobierno tiene las siguientes opciones:
a) Negociar los 1,300 millones, recorta la inversión pública y contraer nueva deuda de bonos. Ese camino parece difícil.
b) Pedirle un préstamo de 400 millones a la Corporación Andina de Fomento (5 dólares por cada dólar de cuota)
c) Utilizar los 500 millones de los Derechos Especiales de Giro, que le trasladó el FMI, como una especie de dividendo por sus utilidades del año pasado. El BCR puede vendérselos a otro Banco Central y convertirlos en dólares.
d) Nacionalizar el sistema de pensiones y utilizar 400 millones de títulos que las AFP colocaron en los mercados internacionales para venderlos, convertirlos en efectivo y pasarlos a Hacienda.
e) Bajar la de liquidez del BCR, para liberarle unos 300 millones a los bancos y pedírselos prestados.
f) Combinar varias de las medidas antes mencionadas
8. El Gobierno puede conseguir el financiamiento para cubrir la brecha presupuestaria y evitar el impago de enero. Pero son medidas que incrementan la deuda, afectan los fondos de pensiones y reducen peligrosamente las reservas de liquidez. Para los años 2023 y 2024 la crisis fiscal y de deuda sería mayor y la opciones serían menores.
Fracaso del bitcoin
1. El bitcoin fracasó pero endeudó más al Estado. No hay precios, ni salarios, ni pensiones, ni ahorros en bitcoin. Ese activo virtual solo sirve para comprar y en una escala muy reducida. El Gobierno ha gastado millones de dólares para comprarlo y dárselo a 3 millones de personas, que según el presidente son usuarias, cuando lo que hizo la gente fue bajar la aplicación electrónica, gastar el dinero y olvidarse del asunto.
2. La economía sigue dolarizada y el bitcoin no representa ni el 2% del circulante. Los lavadores de dólares y los especuladores hacen de las suyas con ese criptoactivo, pero el pueblo usa el dólar, que es la moneda segura. Si alguna inversión extranjera podría atraer el bitcoin sería de millonarios que quieran legalizar dinero mal habido. Y eso no mejora la economía.
3. Si el bitcoin se expande disminuirá la cantidad de dólares, lo cual tendría un impacto negativo, pues habría menos importaciones de medios de producción y bienes de consumo, caerían la producción y el empleo, los ingresos de la población y del Estado estarían inseguros, por la volatilidad con respecto al dólar, y se dificultaría el pago de la deuda externa.
27 de mayo de 2022