viernes, 9 de abril de 2010

Mediocracia por Meritocracia

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Comunicado recibido por "e mail". Lo reproducimos a solicitud del Movimiento que lo suscribe. Toca un aspecto central de la promesa de campaña y del discurso inaugural del actual presidente de la República.

Las negrillas, sangrías y separación de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio.

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Disculpe señor presidente, dijo ¿MERITOCRACIA O MEDIOCRACIA?

El Movimiento de Profesionales, Técnicos e Intelectuales de El Salvador, MPTIES, preocupado por el rumbo social que lleva el país, expone:

Ha pasado más de un año del histórico triunfo electoral del pueblo salvadoreño, y si recordamos aquella fecha gloriosa, nadie en El Salvador se quedó sin celebrar. Celebraron los dos que tres amigos de Mauricio, celebraron los miles de militantes y simpatizantes del FMLN, celebró jubilosamente millones de salvadoreños que por más de alguna razón deseaban un cambio. Y no era para menos, el pueblo había depositado su confianza y su esperanza en la alianza de un gobierno de izquierda, con capacidad para realizar los urgentes y necesarios cambios sociales, un cambio del rumbo económico y un cambio en las relaciones de las altas esferas gubernamentales. Pero con los meses el sueño se ha ido desvaneciendo, a tal punto que de aquel anhelado cambio no queda más que una imperceptible ilusión, como aquella lucecita de una bella estrella lejana que siempre vemos y deseamos, pero que jamás obtendremos.

El porqué decimos lo anterior:

Hace algunos días el presidente Funes, junto a parte de su gabinete económico hizo una visita anunciada con trompetas y tambores a los Estados Unidos. Su preocupación eran las mismas preocupaciones de los gobierno areneros: Prorroga del TPS, solicitud de más fondos para palear la crisis económica y otorgar al gobierno de Obama la confianza necesaria de que su gobierno, en alianza o sin ella, jamás se saldrá del carril neoliberal, agreguémosle un plus, no criticar a los Estados Unidos, aun con sus equivocadas intervenciones en los países latinoamericanos y respaldar toda iniciativa norteamericana como el caso de querer presentar una imagen diferente del nefasto gobierno Hondureño, aunque en ese país continúen asesinando a periodistas y civiles inocentes. Esta administración que preside el señor Mauricio Funes, en su visita a los Estado Unidos, solamente le faltó decir “A sus órdenes mi capital”, es la misma administración que en la campaña electoral se comprometió con el cambio y no da ningún indicio de comenzar los cambios sociales esperados y así como se vislumbran las cosas en el país, casi un año de asunción al poder, el pueblo ha perdido las esperanzas de vivir los cambios prometidos. Por eso ya se anda diciendo en el pasillo: Mauricio Funes es la misma mica con diferente cola.

En qué estamos, en MERITOCRACIA o en MEDIOCRACIA.

El concepto meritocrático surgió en los años sesenta, específicamente por un ensayista francés, ex director de un importante diario, y tiene el propósito de separar del "sistema adoptado y establecido" un reordenamiento que ponga por mérito a quien corresponda, dónde corresponda.

En una definición muy amplia, el concepto de meritocracia se refiere a aquellos sistemas políticos donde se accede a los cargos de poder, no por nacimiento, riqueza o compadrazgos (o sea, según pautas de adscripción) sino por los méritos (pautas de realización).

En las sociedades avanzadas, esos "méritos" se refieren en principio al desarrollo de la inteligencia y de los conocimientos, a las capacidades intelectivas evidenciadas.

José Ingenieros escribió “No hay cosa que haga tanto daño a una nación como que la gente astuta pase por inteligente”.

Es de todo conocido y publicado con anterioridad que para que Mauricio Funes llegara a ser presidente utilizó astutamente la estructura y los recursos logísticos de un partido político, el FMLN, y los recursos económicos de un hombre de negocios, Nicolás Salume.

Una vez hecho presidente, hizo cuentas solamente con uno, aquel cuyos recursos económicos siguen siendo poderosos.

¿Cómo actúa un mediócrata? Aquí una síntesis del importantísimo tratado El Hombre Mediocre, identifíquelos y téngales terror, pues destruyen las instituciones donde están: estos personajes entregan cargos públicos o privados (En empresas ajenas o instituciones públicas) a sus benefactores o amigos aunque no cumplan con ningún requisito y sean completamente ineptos, pretenden ser el juez para así confundir al diamante con la bazofia, ni le importa si sus hijos se avergüenzan de su accionar, más bien trata de enseñarles a comportarse así.

La práctica de la meritocracia, traducida en ascensos basados en los méritos del empleado, ayuda al desarrollo acelerado de los pueblos; en cambio, la mediocracia destruye incluso a la justicia y hace que las instituciones se hundan en el lodo.

Ahora bien, qué dijo realmente Funes sobre la meritocracia

El presidente Funes dijo que su gobierno se desentendería de los “padrinazgos”, los “conectes” y los buenos “apellidos” a la hora de definir su gobierno y adoptar políticas, una especie de ruptura con las prácticas habituales de los gobiernos areneros. Sin embargo, la mediocridad con la que actualmente maneja los asuntos de interés público, refleja que se mantiene vigente en el escenario político, una mediocridad moral sin límites. Este ejercicio, sumando todas las expresiones individuales, ratifica también la vigencia de la “mediocracia encubierta”, mediante una intensiva campaña mediática que distrae y disipa errores, delitos y, principalmente, el desprecio que siente por la sociedad y por los pobres de El Salvador.

Con frecuencia los que han gobernado al pueblo salvadoreño y el actual no es la excepción, actúan con sordera ante las expresiones del pueblo. Aducen la soberanía constitucional o capacidad de autodeterminación atribuida por las leyes a los poderes formales y por extensión a quienes los detentan. Toman decisiones importantes para la vida práctica de los salvadoreños sin escuchar la voz popular sobre el tema o asunto en cuestión. Existen temas, es cierto, de muy difícil consenso popular, pero eso no impide elaborar políticas en temas importantísimos como el de inseguridad ciudadana, la economía, el agro, el medio ambiente…

Ante las múltiples visiones y posturas de la gente a los gobernantes no les queda sino tomar la decisión con base en esa soberanía. No obstante, en muchas ocasiones, se aduce la tal soberanía para tomar decisiones sin siquiera hacer el intento de escuchar al pueblo. Tomada la decisión ¿quién la modifica? De ahí la percepción que tenemos de la arrogancia y sordera selectiva del presidente Funes. No se vale aducir la soberanía para ejercer de "sordo gubernamental". Es un bien escuchar las voces opuestas a las ideas nuestras, porque la justificación de la soberanía está en su propósito de "hacer el bien a la nación". No es para cumplir caprichos personales. Un reputado intelectual socialista francés, Jaques Attali, ha escrito recientemente que “hasta ahora, el pobre es el que no tiene nada, mañana, pobre será el que no pertenece”; el que no tiene redes; el que carece de un “patrimonio relacional”. Esto nos conduce a pensar que en la sociedad salvadoreña, si realmente se quiere combatir la desigualdad, la injusticia y la miseria, hay que promover la distribución no sólo de los bienes, sino del “patrimonio relacional”. Para esto no basta la meritocracia; se necesita de la voluntad y solidaridad de los que ahora poseen las riquezas.

Por último, el MPTIES sostiene que la meritocracia es un ideal alcanzable, pero hacerlo realidad significa comprender el texto de Ayn Rand, que dice:
“Cuando adviertas que para producir necesitas obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando percibas que muchos se hacen ricos por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no te protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra vos; cuando repares que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrás afirmar, sin temor a equivocarte, que el gobierno está condenado al fracaso”.
Habrá que resolver la situación de mediocracia en la que vivimos, pero transformándola en una real meritocracia. Señor presidente cumpla su palabra, la meritocracia hay que ponerla en práctica ya, no después de cinco años. Por meritocracia debe terminarse la delincuencia de cuello blanco y la violencia institucionalizada, debe terminarse con el desempleo de miles de jóvenes. Por meritocracia debe haber acceso a una información más transparente, no basta las declaraciones de buena voluntad ni perdones públicos, ya que al final es demagogia. Necesitamos un estado transparente, en el que no haya nada oculto, menos por complicidad con ex funcionarios corruptos.

“AVANZANDO HACIA EL SOCIALISMO”

MOVIMIENTO DE PROFESIONALES, TÉCNICOS E INTELECTUALES DE El SALVADOR, MPTIES
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