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Las negrillas son para efectos de estudio.
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ANEP: EL COMPLOT DEL MIEDO
Oscar A. Fernández O.
ARENA-ANEP debería de estudiar más
la historia de los movimientos emancipadores en América Latina, es decir
ilustrarse, pues la oligarquía salvadoreña no se caracteriza por su educación y
desarrollo cultural, sino más bien por ser una de las cúpulas acaudaladas más
pedestres, presuntuosas, cursis, analfabetas funcionales y atroces. Sus
ridículos discursos sobre terrorismo, comunismo, chavismo y no sé cuántos “ismos”
más, son lo mismo de siempre y la gente cada día les cree menos.
Sin embargo, no olvidemos que el
recurso al miedo y a la incertidumbre, sigue siendo una poderosa arma de
dominio de las hegemonías. Hoy no se trata solo de los temores tradicionales a
la muerte, el infierno, la enfermedad, la vejez, la indefensión, el terrorismo,
la guerra, el hambre, las radiaciones nucleares, los desastres naturales, las
catástrofes ambientales, sino también del miedo a un nuevo poder fáctico que
denominan "la dictadura de los mercados", que tiende a reducir los
beneficios sociales y las conquistas populares del último medio siglo.
Actualmente la oligarquía
salvadoreña tiene miedo de verdad y fabrica un complot para contagiar el miedo
a la sociedad y al mismo tiempo amenazarla. Frente a la creación de verdaderas
alternativas económicas emancipadoras que trabajan por la igualdad y la
libertad, y que irrumpen en el mercado hasta hace poco propiedad exclusiva de
los burgueses, promoviendo políticas inclusivas, la oligarquía patalea y
amenaza…sus extravagantes ganancias caen.
En diciembre del 2001 en el marco de la III Cumbre de Jefes de Estado y
Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe, celebrada en la Isla de
Margarita – Venezuela, el Presidente Hugo Chávez presenta la idea del
ALBA, como una propuesta de integración integral, económica, social,
política y cultural de los pueblos de América Latina y el Caribe.
Si miramos hacia el pasado, podemos encontrar las raíces de este
proyecto en documentos como la Carta de Jamaica, cuando por primera vez Simón
Bolívar establece la doctrina de unidad y soberanía de los países que se
independizaban del poder colonial. Podemos analizar otros documentos históricos
que son claros antecedentes del ALBA y que comprueban que ésta idea se sustenta
en el pensamiento de Bolívar, Martí, Sucre, O´Higgins, San Martín, Hidalgo,
Petion, Morazán, Sandino y tantos otros próceres, sin nacionalismos egoístas ni
políticas nacionales restrictivas que nieguen el objetivo de construir una Patria
Grande en la América Latina, según la soñaron los héroes de nuestras luchas
emancipadoras.
La institucionalidad de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de
Nuestra América (ALBA) surgió oficialmente el 14 de diciembre de 2004 cuando
los presidentes de Cuba, Fidel Castro y de Venezuela, Hugo Chávez se reunieron
en La Habana y firmaron los protocolos de su fundación como forma de
integración y unión de América Latina y el Caribe basada en un modelo de
desarrollo independiente con prioridad a la complementariedad regional, que
permita promover el desarrollo de todos y fortaleciera la cooperación mediante
el respeto mutuo y la solidaridad.
En junio
del 2009, los Jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros decidieron
que el ALBA - TCP se denominará “Alianza Bolivariana para los Pueblos de
Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos” (ALBA – TCP) en el
entendido que el crecimiento y fortalecimiento político del ALBA - TCP la
constituye en una fuerza real y efectiva.
Los países
que hasta hoy se han incorporado a esta iniciativa regional, sin la tutela de
extraños, son Venezuela,
Cuba, Bolivia, Nicaragua,
Dominica, Honduras, Ecuador,
San Vicente y Las Granadinas,
Antigua y Barbuda, y Santa Lucia.
En el caso de Honduras, la
ultraderecha, personificada al igual que en El Salvador, en la asociación de
empresarios, con la complicidad de otras fuerzas oscuras del área, patrocinaron
un golpe de Estado que derrocó al legítimo Presidente Manuel Zelaya. Uno de los
pretextos fue que “una infiltración terrorista y chavista” se proyectaba a
través de ALBA. Nótese apreciable lector, la coincidencia de los discursos con
la ANEP.
La Alianza Bolivariana para los Pueblos de
Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos o ALBA-TCP (en ocasiones denominada
extraoficialmente por su nombre inicial Alianza
Bolivariana para América o ALBA)
es una organización internacional de ámbito regional, enfocada para los países
de América Latina y el Caribe que pone énfasis en la lucha contra la pobreza y
la exclusión social con base en doctrinas de izquierda. Lo contrario que hacen
las derechas fascistas.
El ALBA se fundamenta en la creación de mecanismos
que aprovechen las ventajas cooperativas entre las diferentes naciones
asociadas para compensar las asimetrías entre esos países. Esto se realiza
mediante la cooperación de fondos compensatorios, destinados a la corrección de
discapacidades intrínsecas de los países miembros, y la aplicación del TCP
(Tratado de Comercio de los Pueblos).
El ALBA-TCP
otorga prioridad a la relación entre los propios países en pie de igualdad y en
el bien común, basándose en el diálogo subregional y abriendo campos de
alianzas estratégicas fomentando el consenso y el acuerdo entre las naciones
latinoamericanas.
La
característica definitoria del ALBA son las bases ideológicas y éticas que
sustentan las relaciones entre sus miembros. En primer término, la solidaridad
entre los pueblos como principio rector, que la diferencia de todas las demás
asociaciones entre Estados existentes a escala global.
El comercio y la inversión los
conceptúa como medios y no fines, llamados a elevar la calidad de vida de sus
integrantes; subordina el mercado a la justicia social y toma en cuenta las
asimetrías y la complementariedad entre las economías, de modo que las
decisiones se adopten mediante la observancia de la equidad y en ningún momento
movidas por el afán de lucro de un Estado, una empresa o un territorio a costa
de otros.
En el espíritu que anima el ALBA se
llevan a cabo otras acciones solidarias como la Operación Milagro, que ha
devuelto la visión a más de un millón 600 mil personas, y la aplicación masiva
del método educativo “Yo sí puedo”, que erradicó ya el analfabetismo en
Venezuela, Bolivia y Nicaragua y se extiende por el mundo, siendo El Salvador,
dónde actualmente avanza en la eliminación de la ignorancia, sostenida a través
de décadas, por la oligarquía salvadoreña.
Así mismo ALBA-El Salvador, ha
impulsado junto al gobierno la reactivación de la Agricultura, abaratando los
insumos agrícolas, misma que ARENA-ANEP había condenado a muerte para promover
el consumismo de los TLC-USA. ALBA-El Salvador, ha promovido y alentado la
incorporación de miles de jóvenes a la educación, que ANEP-ARENA ya habían relegado
al ostracismo para convertirlos en mano de obra barata; en este rubro se han
otorgado miles de becas y hoy se inicia con el programa de “una computadora
para cada alumno”, donando al Ministerio de Educación, en un acto inédito,
miles de computadoras que sin duda elevarán la calidad tecnológica de la
enseñanza. ALBA promueve el deporte entre los niños y jóvenes, como parte de la
sanidad mental y física de este importantísimo sector poblacional.
El ALBA ha demostrado también su
eficacia como mecanismo de concertación y cohesión política latinoamericano y
así se pudo apreciar con la derogación de la resolución que excluía a Cuba en
la reciente Asamblea General de la OEA.
El ALBA es consecuencia del ciclo
de luchas anti neoliberales latinoamericanas, cuyo inicio se gesta a finales de
los años 40 y hunde sus raíces en el plan de unidad emancipadora continental.
Este, como el ALBA, pareció un sueño en su momento pero es el único camino para
que las naciones de América Latina y el Caribe rompan con la dominación
imperialista y el subdesarrollo y afiancen su soberanía y autodeterminación. El
ALBA crece y es su embrión.
Tres hechos, con profunda base
económica e indudable trascendencia política, requieren ahora aunque sea una
enumeración somera: la constitución de la Comunidad Sudamericana en el Cuzco,
el lanzamiento del ALBA en La Habana, y la celebración de la Cumbre del
MERCOSUR, en Ouro Preto, Brasil.
El
ALBA se propone emprender cambios profundos en las caducas estructuras
económicas, sociales, políticas y culturales en América Latina. Los objetivos
permanentes del ALBA inquietan y alteran a Washington que se desvela, junto a
sus coleópteros locales (ARENA-ANEP) para desestabilizar a los regímenes
surgidos y apoyados por las mayorías populares. Ya han intentado golpes
militares en Bolivia, Ecuador y Venezuela, y los han concretizado en Honduras y
Paraguay; hoy quieren desestabilizar El Salvador, pero se han encontrado con la
resistencia de una poderosa izquierda organizada, que en su momento fue la
mejor guerrilla revolucionaria del mundo.
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