miércoles, 6 de noviembre de 2013

ALBA El Salvador y su lucha

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Las negrillas son para efectos de estudio.
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ANEP: EL COMPLOT DEL MIEDO
Oscar A. Fernández O.

ARENA-ANEP debería de estudiar más la historia de los movimientos emancipadores en América Latina, es decir ilustrarse, pues la oligarquía salvadoreña no se caracteriza por su educación y desarrollo cultural, sino más bien por ser una de las cúpulas acaudaladas más pedestres, presuntuosas, cursis, analfabetas funcionales y atroces. Sus ridículos discursos sobre terrorismo, comunismo, chavismo y no sé cuántos “ismos” más, son lo mismo de siempre y la gente cada día les cree menos.

Sin embargo, no olvidemos que el recurso al miedo y a la incertidumbre, sigue siendo una poderosa arma de dominio de las hegemonías. Hoy no se trata solo de los temores tradicionales a la muerte, el infierno, la enfermedad, la vejez, la indefensión, el terrorismo, la guerra, el hambre, las radiaciones nucleares, los desastres naturales, las catástrofes ambientales, sino también del miedo a un nuevo poder fáctico que denominan "la dictadura de los mercados", que tiende a reducir los beneficios sociales y las conquistas populares del último medio siglo.

Actualmente la oligarquía salvadoreña tiene miedo de verdad y fabrica un complot para contagiar el miedo a la sociedad y al mismo tiempo amenazarla. Frente a la creación de verdaderas alternativas económicas emancipadoras que trabajan por la igualdad y la libertad, y que irrumpen en el mercado hasta hace poco propiedad exclusiva de los burgueses, promoviendo políticas inclusivas, la oligarquía patalea y amenaza…sus extravagantes ganancias caen.

En diciembre del 2001 en el marco de la III Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe, celebrada en la Isla de Margarita – Venezuela, el Presidente Hugo Chávez presenta la idea del ALBA,  como una propuesta de integración integral, económica, social, política y cultural de los pueblos de América Latina y el Caribe.

Si miramos hacia el pasado, podemos encontrar las raíces de este proyecto en documentos como la Carta de Jamaica, cuando por primera vez Simón Bolívar establece la doctrina de unidad y soberanía de los países que se independizaban del poder colonial. Podemos analizar otros documentos históricos que son claros antecedentes del ALBA y que comprueban que ésta idea se sustenta en el pensamiento de Bolívar, Martí, Sucre, O´Higgins, San Martín, Hidalgo, Petion, Morazán, Sandino y tantos otros próceres, sin nacionalismos egoístas ni políticas nacionales restrictivas que nieguen el objetivo de construir una Patria Grande en la América Latina, según la soñaron los héroes de nuestras luchas emancipadoras.

La institucionalidad de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) surgió oficialmente el 14 de diciembre de 2004 cuando los presidentes de Cuba, Fidel Castro y de Venezuela, Hugo Chávez se reunieron en La Habana y firmaron los protocolos de su fundación como forma de integración y unión de América Latina y el Caribe basada en un modelo de desarrollo independiente con prioridad a la complementariedad regional, que permita promover el desarrollo de todos y fortaleciera la cooperación mediante el respeto mutuo y la solidaridad.

En junio del 2009, los Jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros decidieron que el ALBA - TCP se denominará “Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos” (ALBA – TCP) en el entendido que el crecimiento y fortalecimiento político del ALBA - TCP  la constituye en una fuerza real y efectiva.
Los países que hasta hoy se han incorporado a esta iniciativa regional, sin la tutela de extraños, son Venezuela, Cuba,  Bolivia,  Nicaragua,  Dominica,  Honduras,  Ecuador,  San Vicente y Las  Granadinas, Antigua y Barbuda, y Santa Lucia.
En el caso de Honduras, la ultraderecha, personificada al igual que en El Salvador, en la asociación de empresarios, con la complicidad de otras fuerzas oscuras del área, patrocinaron un golpe de Estado que derrocó al legítimo Presidente Manuel Zelaya. Uno de los pretextos fue que “una infiltración terrorista y chavista” se proyectaba a través de ALBA. Nótese apreciable lector, la coincidencia de los discursos con la ANEP.
La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos o ALBA-TCP (en ocasiones denominada extraoficialmente por su nombre inicial Alianza Bolivariana para América o ALBA) es una organización internacional de ámbito regional, enfocada para los países de América Latina y el Caribe que pone énfasis en la lucha contra la pobreza y la exclusión social con base en doctrinas de izquierda. Lo contrario que hacen las derechas fascistas.

El ALBA  se fundamenta en la creación de mecanismos que aprovechen las ventajas cooperativas entre las diferentes naciones asociadas para compensar las asimetrías entre esos países. Esto se realiza mediante la cooperación de fondos compensatorios, destinados a la corrección de discapacidades intrínsecas de los países miembros, y la aplicación del TCP (Tratado de Comercio de los Pueblos).

El ALBA-TCP otorga prioridad a la relación entre los propios países en pie de igualdad y en el bien común, basándose en el diálogo subregional y abriendo campos de alianzas estratégicas fomentando el consenso y el acuerdo entre las naciones latinoamericanas.

La característica definitoria del ALBA son las bases ideológicas y éticas que sustentan las relaciones entre sus miembros. En primer término, la solidaridad entre los pueblos como principio rector, que la diferencia de todas las demás asociaciones entre Estados existentes a escala global.

El comercio y la inversión los conceptúa como medios y no fines, llamados a elevar la calidad de vida de sus integrantes; subordina el mercado a la justicia social y toma en cuenta las asimetrías y la complementariedad entre las economías, de modo que las decisiones se adopten mediante la observancia de la equidad y en ningún momento movidas por el afán de lucro de un Estado, una empresa o un territorio a costa de otros.

En el espíritu que anima el ALBA se llevan a cabo otras acciones solidarias como la Operación Milagro, que ha devuelto la visión a más de un millón 600 mil personas, y la aplicación masiva del método educativo “Yo sí puedo”, que erradicó ya el analfabetismo en Venezuela, Bolivia y Nicaragua y se extiende por el mundo, siendo El Salvador, dónde actualmente avanza en la eliminación de la ignorancia, sostenida a través de décadas, por la oligarquía salvadoreña.

Así mismo ALBA-El Salvador, ha impulsado junto al gobierno la reactivación de la Agricultura, abaratando los insumos agrícolas, misma que ARENA-ANEP había condenado a muerte para promover el consumismo de los TLC-USA. ALBA-El Salvador, ha promovido y alentado la incorporación de miles de jóvenes a la educación, que ANEP-ARENA ya habían relegado al ostracismo para convertirlos en mano de obra barata; en este rubro se han otorgado miles de becas y hoy se inicia con el programa de “una computadora para cada alumno”, donando al Ministerio de Educación, en un acto inédito, miles de computadoras que sin duda elevarán la calidad tecnológica de la enseñanza. ALBA promueve el deporte entre los niños y jóvenes, como parte de la sanidad mental y física de este importantísimo sector poblacional.

El ALBA ha demostrado también su eficacia como mecanismo de concertación y cohesión política latinoamericano y así se pudo apreciar con la derogación de la resolución que excluía a Cuba en la reciente Asamblea General de la OEA.

El ALBA es consecuencia del ciclo de luchas anti neoliberales latinoamericanas, cuyo inicio se gesta a finales de los años 40 y hunde sus raíces en el plan de unidad emancipadora continental. Este, como el ALBA, pareció un sueño en su momento pero es el único camino para que las naciones de América Latina y el Caribe rompan con la dominación imperialista y el subdesarrollo y afiancen su soberanía y autodeterminación. El ALBA crece y es su embrión.

Tres hechos, con profunda base económica e indudable trascendencia política, requieren ahora aunque sea una enumeración somera: la constitución de la Comunidad Sudamericana en el Cuzco, el lanzamiento del ALBA en La Habana, y la celebración de la Cumbre del MERCOSUR, en Ouro Preto, Brasil.

El ALBA se propone emprender cambios profundos en las caducas estructuras económicas, sociales, políticas y culturales en América Latina. Los objetivos permanentes del ALBA inquietan y alteran a Washington que se desvela, junto a sus coleópteros locales (ARENA-ANEP) para desestabilizar a los regímenes surgidos y apoyados por las mayorías populares. Ya han intentado golpes militares en Bolivia, Ecuador y Venezuela, y los han concretizado en Honduras y Paraguay; hoy quieren desestabilizar El Salvador, pero se han encontrado con la resistencia de una poderosa izquierda organizada, que en su momento fue la mejor guerrilla revolucionaria del mundo.
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