lunes, 22 de octubre de 2007

2005: Préstamo del BID a la UES

En el marco del denominado "préstamo del BID" a la UES se impulsaron una serie de debates entre ellos el propiciado por el periódico digital El Faro. En este debate quedó claro que la UES tiene uno de los presupuestos más bajos de la región y que existió el intento de crear una institución que administrara los fondos del préstamo del BID, independiente de los organismos de gobierno que tiene la UES.

El reporte del debate puede verse en:


¿Hacia dónde llevar la Universidad de El Salvador?

A la excelencia. Pero sin batallar con fantasmas.

03 de Diciembre de 2005

Con uno de los presupuestos más bajos de la región y sometida a una constante lucha de intereses de distintos sectores, la Universidad de El Salvador se desgasta en la resolución de sus conflictos internos. Todos los invitados a Encuentros coinciden en la necesidad de mejorar la calidad académica y de resguardar su carácter público.

Por Carlos Martínez / Foto: Walter Sotomayor

El mes pasado, las aparentes contradicciones sobre el destino de la Universidad de El Salvador (UES) produjeron que un grupo de personas decidiera “tomarse” el campus durante más de siete días, paralizando todas las actividades académicas: clases, graduaciones, actividades de nuevo ingreso, investigaciones, administración.

Dos semanas más tarde, sentados en una mesa de debate, los actores involucrados en este caso coincidían, con muy pocos matices, en los temas que estaban en el centro de la polémica: la UES no debe ser privatizada, y debe ocupar su papel como motor del desarrollo de El Salvador.

El debate, organizado por Encuentros, reunió a uno de los representantes del Movimiento Amplio de la Universidad de El Salvador (MAUES), movimiento que organizó el cierre de la universidad; a la rectora de la UES, María Isabel Rodríguez; al diputado efemelenista, Gerson Martínez; al presidente de CONCULTURA, Federico Hernández y al rector de la UCA, José María Tojeira.

Uno por uno, los participantes sentaron posición frente al tema que desencadenó el cierre de las instalaciones de la única universidad pública de El Salvador. Todos los panelistas coincidieron en que se debe respetar el carácter público de la UES y que, por lo tanto, esta no debe ser privatizada, ni siquiera parcialmente, concesionando servicios.

“Hemos afirmado y dicho en miles de ocasiones de que defendemos a la universidad pública, defendemos su autonomía y que jamás admitiríamos su enajenación”, aseguró la rectora Rodríguez.

Federico Hernández, miembro y exdiputado del partido de gobierno, coincidió: “(Privatizar la UES) me parecería lo más descabellado del mundo”.

La polémica se desató debido a que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) negociaba un préstamo que tenía por beneficiaria a la Universidad y del que MAUES afirmó que contiene “elementos privatizadores”.

“De donde viene el proyecto (BID) y la poca difusión que se dio al proyecto, nos hizo a nosotros tener miedo. Y tenemos miedo de que la universidad pueda ser privatizada por este préstamo”, cuestionó Escoto.

La rectora cuestionó al activista asegurando que su organización nunca mencionó uno solo de los “elementos privatizadores” que señalan. Como respuesta, el dirigente de MAUES citó dos ejemplos: el primero se refería a que el préstamo contemplaba la creación de una fundación de derecho privado sin fines de lucro. El segundo reparo se refería a que existen varias versiones del documento del préstamo.

“Creemos que es un elemento peligroso, ya que se está dejando las puertas abiertas de que esta fundación pueda convertirse en algo más”, cuestionó Escoto. Lo que no sabía es que su rechazo a este proyecto es compartido por el BID.

Rodríguez aclaró: “Esa fundación es producto de la necesidad que la universidad tiene de tener un mecanismo adicional de obtención de fondos, pero el BID lo rechazó, dijo que no era rutina apoyar fondos semilla para las fundaciones”.

Los dos rectores en el debate, el padre Tojeira y la doctora Rodríguez señalaron que todas las universidades públicas disponen de fundaciones para captar fondos adicionales, y que –aunque las fundaciones tienen carácter privado- su fin es apoyar a la institución pública.

Sobre el segundo punto, la rectora aclaró que las diferentes versiones del documento del préstamo reflejan las distintas etapas de evolución del acuerdo con el BID: “Estábamos en el proceso de negociación cuando a algunos se les ocurre que es un camino para la privatización”.
Tojeira, rector de la privada Universidad Centroamericana, no ve motivos de riesgo: “Un préstamo me parece viable. (…) Si la obligación de pagar es del Estado, yo no veo vínculo entre préstamo y privatización”.

¿De dónde deben venir los fondos?

Para Escoto, admitir préstamos de instituciones financieras internacionales equivale a permitirle al Estado no cumplir con sus responsabilidades de financiamiento a través de la Ley del Presupuesto.

En este punto, el activista universitario volvió a quedarse solo en la mesa. Gerson Martínez, diputado efemelenista y presidente de la comisión legislativa que aprueba el presupuesto, ve incluso necesario la contratación de prestamos para desarrollar a la UES: “¿Debe esperar el país a que se recupere el Estado del descalabro de ingresos, o mejor pensamos en que lo que la universidad necesita esos flujos provenientes, ordinariamente y primordialmente del fondo general, pero extraordinariamente de financiamiento externo?”, cuestionó.

Para el presidente de CONCULTURA, los fondos gubernamentales no alcanzan para cubrir las necesidades de la UES. “El gobierno está también para velar por el equilibrio presupuestario. Implica entender que si se van a quitar algunos rubros, ciertos presupuestos, para pasarlos a otro, hay que ver todas las circunstancias, todo lo que esto implica”.

El préstamo del BID, de 25 millones de dólares, sería un acuerdo suscrito entre el gobierno de El Salvador y esta institución financiera, por lo que la UES no tendría que pagar el préstamo.

Sin embargo, para Escoto esto no es suficiente: “Creemos que el préstamo es darle un pretexto a quien tiene toda la obligación de financiar la universidad. Creemos también que el presupuesto exiguo que ha tenido la universidad no es suficiente. Pero tampoco creemos que a través de préstamos internacionales sea la metodología que deba financiarse la universidad”.

El papel de la UES

Más allá de las visibles diferencias en cómo abordar los problemas de la universidad y sus soluciones, todos parecen coincidir en que hay que dotar a la universidad de mayores recursos para que cumpla con su función académica y social. ¿Pero cuál es esta función? En palabras de la rectora, “la universidad debe ser elemento central de la búsqueda del desarrollo del país, en el campo de la educación superior y en el desarrollo científico tecnológico y su repercusión en el desarrollo de la sociedad”.

Escoto dijo compartir esta visión y admitió que la universidad tiene graves problemas en la impartición de una educación de calidad. “La Universidad debe de buscar el desarrollo académico en tres puntos, que son la calidad académica, la investigación y la proyección social”, dijo el estudiante de derecho, no ajeno a las críticas por el comportamiento, y las preocupaciones poco académicas, de algunos estudiantes y profesores. “La universidad necesita una reforma curricular. Necesita mejorar el estándar de la planta docente, y no solamente en lo económico, sino también en su calidad”, admitió.

La Universidad de El Salvador cuenta con un presupuesto para el año fiscal que está por terminar de $45 millones 252 mil dólares. En el proyecto de presupuesto presentado por el gobierno a la Asamblea Legislativa, correspondiente al año 2006 y aún sujeto a la aprobación de los diputados, el presupuesto de la universidad aumentará a $55 millones 852 mil dólares. Ello representa el 1.67 por ciento del presupuesto, un porcentaje inferior al dedicado por todos los demás países centroamericanos a sus universidades estatales. En Costa Rica, por ejemplo, se asigna el 6 por ciento del presupuesto a la educación superior estatal. En Nicaragua el porcentaje es casi similar.

O visto de otra manera, por el padre Tojeira: “A mí me preocupa la inversión concreta por estudiante/año. El promedio de Estados Unidos anda en torno a los 10 mil dólares de inversión por estudiante/año. Francia tiene 12 mil por estudiante/año; España, dentro del promedio de Europa es de la más pequeñas, el promedio europeo anda por los ocho mil, España anda por los cinco mil por estudiante/año. La Universidad de Costa Rica, la Nacional, la UCR, tiene 4 mil por estudiante/año y aquí andan por los mil, más o menos”.

Los participantes coinciden también en la urgente necesidad de dotar a la universidad de mayores recursos para la investigación, una de las áreas más débiles en el país. El año 2005, la UES contó con un presupuesto de $595 mil 10 dólares para ello, de los cuales apenas diez dólares correspondían a recursos propios de la universidad y el resto provenientes de los fondos del gobierno central. Para el siguiente año el presupuesto en materia de investigación se mantiene igual, pero la rectora asegura que del préstamo negociado con el BID, el 60 por ciento sería destinado a la investigación.

“Hace falta en la Nacional mayor investigación y (…) mayor insistencia en publicación de las investigaciones. Y evidentemente, la reforma del profesorado y el tema del presupuesto”, dijo Tojeira.

Los participantes del Encuentros pusieron a la Universidad de El Salvador a la cabeza de la educación superior en el país. El padre José María Tojeira, rector de una universidad privada (la UCA), fue quien más insistió en este punto. “Las universidades del Estado deben no ser las rectoras de la educación superior, sino ser las líderes, porque tienen una vocación de liderazgo. Y cuando sólo hay una universidad pública, más debe de tener liderazgo en la educación superior”.
Tojeira no ve contradicción entre este planteamiento y el papel de una universidad privada, como la que él mismo dirige. El sacerdote jesuita incluso puso a la Universidad Nacional como referente del desarrollo de las universidades privadas: “Si la universidad pública es pobre, la universidad en general es pobre. (…) Viene bien incluso para las privadas que la universidad nacional esté bien dotada, porque obliga a competir con seriedad y no con propaganda”, dijo.

El diputado efemelenista Gerson Martínez confirmó que, en este aspecto, el de fondo, no hay diferencias visibles entre los sectores relacionados con la universidad ni las fuerzas políticas nacionales. “El Salvador necesita que la universidad se fortalezca como un vector del desarrollo, un vector del futuro para nuestro país. Y eso significa un apoyo creciente a la Universidad de El Salvador en su tarea investigativa, de sistematización de conocimientos, de impartición de conocimientos, de producción de conocimientos, de desarrollo científico tecnológico y de su aporte al acervo cultural y político de nuestro país”. Su contraparte en la mesa, Federico Hernández, militante de ARENA y presidente de CONCULTURA, dijo: “El Salvador necesita una universidad estatal fortalecida y buena que esté todo el tiempo colaborando con el desarrollo integral del país”.

Del debate, pues, surgieron las grandes coincidencias: el interés declarado de todos sus participantes en elevar la calidad académica de la universidad, en colocarla como centro de la educación superior nacional y catapultarla como productora de investigaciones científicas y sociales. Un Encuentro del que surgieron, si no acuerdos, visiones comunes sobre la Universidad de El Salvador.

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