sábado, 31 de mayo de 2008
Poma y Quirós en Panamá
En:
http://www.martesfinanciero.com/history/2005/10/18/Columnas/temadeportada.html
EL PODER DE LOS CENTROAMERICANOS
YOLANDA SANDOVAL
ysandoval@prensa.com
LA PRENSA/Bernardino Freire
LA PRENSA /Jihán Rodríguez
LUJO. Autos como el deportivo CrossFire, de 40 mil dólares es apenas uno de los tantos productos que Samuel Quirós comercializará en Panamá.
VENTAS. Roy Watson, gerente del Poma Automotriz Panamá, espera que los diamantes de la marca Mitsubishi invadan toda la ciudad.
PROYECCIÓN. En pocos meses Grupo Los Tres ha vendido la misma cantidad de Volvos que Grupo Sílaba colocó en un año. Roberto Pereira está orgulloso.
Samuel Quirós, el magnate del sector automotriz salvadoreño se sentía como en casa. En Panamá tiene muchos amigos y ahora un negocio que le costó 10 millones de dólares.
Su visita al país no pudo ser más estratégica. Los distribuidores de autos celebraban su feria anual y todos los ojos estaban puestos sobre la industria. Qué mejor momento para presentarse y mostrar la nueva cara de Mazda. Una marca que perdió brillo, pero que ahora espera competir con los autos “premium”. Esta es la misión que se ha propuesto la fábrica y Quirós arrancó motores.
El 3 de julio Grupo Q, compañía que dirige, compró a la panameña SuperMotores, pero no fue hasta la semana pasada que presentó oficialmente sus credenciales y con ellas un ambicioso plan de negocios.
Fue sincero en cuanto a su proyecto: “recobraremos marcas de prestigio que por razones que no vale la pena mencionar estuvieron un poco descuidadas”.
Con su presencia la competencia se pinta fuerte. Quirós representa a un emporio familiar que inició hace 54 años con una gasolinera y hoy distribuye autos en toda Centroamérica.
Sus pasos siguen las huellas que dejó su padre, quien en 1962 adquirió la representación de la marca japonesa Nissan cuando su línea no era moderna y los autos americanos eran los más vendidos.
“Mi padre fue visionario, empezó el negocio con el equivalente a 200 dólares y luego de vender autos en El Salvador vio oportunidades en Honduras y Nicaragua. Hoy nosotros vemos futuro en Panamá”, comentó Quirós.
La adquisición consolida la posición del salvadoreño Grupo Q que ya tenía presencia en Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica con autos como Nissan, Hyundai, Ferrari y Renault.
Poseen el 10% de la distribución de vehículos en Centroamérica y ahora representan en Panamá a las marcas Mazda, Chrysler, Jeep, Dodge, SsangYong y Wuling.
Mazda, que será el caballito de batalla del grupo, sólo tiene una participación de 1.4% en el mercado local. Ellos esperan incrementarla por lo menos al 5%.
Su mercado objetivo ha cambiado, por lo tanto las estrategias deben cambiar, enfatizó el empresario.
Hace un par de años los autos Mazda competían en el segmento de sedanes con modelos como Toyota Tercel o Mitsubishi Lancer, sin embargo esta línea económica ha quedado atrás. Ahora los nuevos modelos apuntan a un mercado en el que compiten en precio y calidad con el sello Honda.
“Esto nos ha transformado el perfil, por lo que tal vez no se logren volúmenes de venta como en años anteriores”, dijo Lisa Miguens, gerente de Grupo Q Panamá.
Mazda ya no ofrece autos de hasta nueve mil dólares, como era el caso del modelo 323 y ahora el equivalente de éste ronda los 16 mil dólares.
Para seguir siendo competitivos Grupo Q ha decidido ofrecer repuestos de alta calidad a precios más bajos. Esta será una de las principales estrategias, enfatizó Miguens.
La familia Quirós ve en el país gran potencial de desarrollo, tomando en cuenta la posible ampliación del Canal y el crecimiento de las compras al por menor.
No descartan la posibilidad de instalar aquí la financiera Credi Q y los talleres de mecánica ligera Super Q. La presencia de sus tres divisiones le daría fortaleza sobre sus demás competidores. Ellos podrían financiar los autos que venden y brindar mantenimiento a los que ya no tienen garantía de fábrica. Todos los caminos conducen al mismo lugar.
Competencia regional
Los Quirós no son los únicos que han puesto sus ojos y dinero en el país. El negocio ruge.
Hace un año Ricardo y Fernando Poma visitaron Panamá para inaugurar el centro comercial de Multiplaza Pacific, una inversión millonaria que suponía –según sus propias palabras– la posibilidad de introducir otras divisiones que conforman el grupo familiar. Sus palabras fueron proféticas.
No pasó ni un año desde aquel rimbombante corte de cintas y el nombre del Grupo Poma retumba hoy en los oídos de quienes se mueven en el sector automotriz. Los salvadoreños compraron hace dos meses MMC Panamá y así se levantaron como la segunda distribuidora más grande de los autos Mitsubishi en la región.
El año pasado sus ventas en el sector automotriz alcanzaron los 400 millones de dólares tomando en cuenta las operaciones que tienen en El Salvador, Honduras, Guatemala y Nicaragua. Con Panamá en su mapa estratégico, la empresa espera incrementar las ventas en un 10%.
La inversión inicial de 15 millones de dólares (cifra que pagaron por MMC Panamá) es apenas el inicio. “Echar raíces aquí es uno de los objetivos del grupo”, dijo Roy Watson, gerente de Poma Automotriz Panamá.
Ambos gladiadores se conocen bien. Son paisanos y manejan múltiples marcas. Ahora se encuentran en un nuevo terreno pero siempre con el pie en el acelerador.
Grupo Poma asegura ser el que más automóviles vende en la región. Sus cifras hablan de 15 mil unidades en el 2004.
En tanto, Grupo Q que vendió 10 mil vehículos durante el mismo período se identifica como el distribuidor “más completo” del área.
Y mientras los salvadoreños entraron a toda máquina, silenciosamente Grupo Los Tres también mueve sus fichas. Los guatemaltecos compraron desde diciembre de 2004 la representación de la marca Volvo a Grupo Sílaba, aunque no fue hasta el mes de julio cuando empezaron con la venta de los autos europeos en Panamá. En pocos meses han vendido la misma cantidad de vehículos que se logró comercializar en el 2004, pero aún no brindan con champagne.
Todos tienen algo en común: son grupos familiares centroamericanos que han comprado marcas que gozan del reconocimiento local, pero que en el último año han registrado alicaídas ventas. Su norte es repuntar en el ranking de preferidos.
Piensan en grande, pero no dejan de ser realistas. Saben que hay marcas bien posicionadas a las que será difícil arrebatarles el pedazo de pastel que les pertenece.
Pero lo más importante es que ven un gran dinamismo en un sector en el que hace dos años, por la recesión económica, se registró quiebras, pocas ventas y muchos autos reposeídos.
La escudería de Poma
Los autos Mitsubishi han perdido terreno y Poma Automotriz Panamá se enfrenta a ventas en picada. El año pasado Hyundai le arrebató la tercera posición en número de vehículos vendidos y Kia se ha trepado en el cuarto peldaño. Mitsubishi ha tenido que conformarse con el quinto puesto.
Roy Watson, gerente de Poma Automotriz Panamá, planea ponerle un alto a la tendencia. “Le daremos respaldo de repuestos y buen servicio en los talleres a nuestros compradores, porque la falta de estos dos elementos es lo que casi siempre aleja a los clientes”.
Con la adquisición de MMC, Grupo Poma se convierte en el distribuidor exclusivo de autos Mitsubishi en Panamá y así completa la relación que ya tenía con esta marca en Guatemala, El Salvador y Honduras, lo que les da la oportunidad de estrechar la relación con los fabricantes y tener un buen respaldo de piezas.
“Vemos oportunidad y queremos que la gente empiece a pensar en nuestros tres diamantes. No escatimaremos en darle al cliente lo que necesite”, dijo Watson.
Para empezar remodelarán las sucursales que Poma heredó en Panamá, Chitré y David y no se descarta la apertura de otra oficina en la capital.
La división automotor del grupo está acostumbrada a manejar varias marcas y aunque no hay nada sobre la mesa, las alianzas estratégicas con algunos que hoy son sus competidores bien podrían darse. Sin embargo, eso será cuestión de oportunidad.
Esperan vender 18 mil unidades al cierre de este año y en el 2006 colocar 20 mil vehículos en el mercado regional. El 25% de mercado que poseen actualmente no les parece suficiente.
Su interés en el país no cesa. Su división de bienes raíces, Grupo Roble, invirtió en conjunto con la familia panameña Motta en el centro comercial Multiplaza, el Grupo Real (hotelería) construyó el hotel Marriot Courtyard, la empresa Solarie vende materiales de construcción al por mayor y ahora también se interesan en la construcción de viviendas. Panamá parece atraerlos como miel a las abejas.
Guatemaltecos en acción
El año pasado sólo se vendieron nueve autos Volvo en Panamá. Obviamente algo estaba pasando, pues aunque es un producto lujoso y su salida no es ni un poco parecida a la de un vehículo japonés o chino se trataba de un estrepitoso bajón. Más bien, de un arrastre que empezó desde el 2002. (...)
Con este panorama, quién más que la familia Cuestas (Grupo Los Tres), distribuidora de la marca en Guatemala, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Costa Rica, para hacerse cargo de la operación en Panamá.
Cuando ellos se enteraron que Grupo Sílaba ponía en venta esta representación no dudaron en entrar al país. La transacción, cuyo monto prefieren no detallar, se cerró en diciembre de 2004, pero no fue hasta mediados de este año que iniciaron la faena.
“Los autos estaban en el olvido y a la marca no se le daba empuje”, asegura Roberto Pereira, gerente de ventas de Grupo Los Tres.
Encenderán sus máquinas con la construcción de una sala de exhibición en Paitilla y el lanzamiento de una campaña publicitaria masiva para corroborar que Volvo no se ha ido de Panamá.
Volvo es un auto de lujo que compite con marcas como Audi y Jaguar, un mercado muy exigente, pequeño y competitivo.
Este segmento representa el 20% del mercado local y las ofertas no faltan. Grupo Los Tres apuesta por brindar un buen servicio.
En definitiva, la estrategia de los tres emporios es hacer de Panamá un cuartel de ventas.
Después de la tormenta
1998 fue uno de los mejores años para los distribuidores de autos en Panamá. La flota vehicular se renovaba como por arte de magia y en aquel momento 33 mil 876 vehículos se pusieron a rodar.
Sin embargo, la alegría con la que los dueños de las distribuidoras recibían sus ganancias y los vendedores la comisión duró poco. La caída fue desastrosa. Cerca de 30 mil autos se habían vendido en el 2000, pero un año más tarde menos de la mitad tenía nuevo dueño. Para ser más exactos, apenas 13 mil 527 personas compraron un auto nuevo.
Poco a poco y a partir del 2003 el panorama se fue despejando pero hubo compañías como Motores de La Guardia y Motores Colpan que no aguantaron la sacudida.
La caída libre trajo como consecuencia una serie de cambios que hasta ahora se ven, dijo Carlos Rabat, presidente de la Asociación de Distribuidores de Autos de Panamá (ADAP).
viernes, 16 de mayo de 2008
11.5% del PIB a la violencia
Noticia para recordar, una especie de archivo del presente. Los grados de violencia se han incrementado.
"El Salvador destina un 11.5% del PIB a la violencia
El PNUD presenta el Cuaderno sobre Desarrollo Humano
“¿Cuándo le cuesta la violencia a El Salvador?”
1,717 millones de dólares. Este es el monto estimado de los costos de la violencia en El
Salvador, según el estudio ¿Cuánto le cuesta la violencia a El Salvador?. El cuarto número de
la serie Cuadernos sobre Desarrollo Humano que edita el PNUD El Salvador se presentó el 3
de mayo en el hotel Radisson.
Los costos humanos y económicos que acarrean los elevados índices de violencia y
delincuencia son “intolerables para cualquier sociedad, máxime si esa sociedad aspira a
conseguir un nivel de desarrollo alto”, afirmó Beat Rohr, Representante Residente del PNUD El
Salvador. En el evento participaron como comentaristas invitados Eduardo Zablah, Secretario
Técnico de la Presidencia, Federico Colorado, presidente de la ANEP y Carlos Briones, director
de FLACSO El Salvador.
La publicación presenta un marco conceptual que aborda la seguridad ciudadana, la
convivencia y la construcción de ciudadanía desde la óptica de la seguridad humana y su
relación con el desarrollo humano; realiza un diagnóstico actualizado de la situación; identifica
los principales vínculos socio-económicos; estima los costos que la violencia tiene para el país,
y propone, en términos de desafíos, una serie de estrategias destinadas a la disminución y
prevención de la violencia y la inseguridad ciudadana con el objetivo de mejorar el desarrollo
humano.
El Cuaderno estima los costos en salud, la producción perdida, el daño emocional y
psicológico, los costos institucionales, los gastos preventivos en seguridad privada así como los
efectos sobre la inversión y las perdidas materiales para el año 2003. La suma de todos estos
costos equivale al doble de los presupuestos de salud y educación o al total de la recaudación
tributaria para el año de estudio.
Para lograr prevenir y reducir los índices de violencia y delincuencia en El Salvador, en un
mediano y largo plazo, se requiere “poner en marcha una política pública integral de
convivencia y seguridad ciudadana”, se afirma en ¿Cuánto le cuesta la violencia a El Salvador?
Esta propuesta de política pública está basada en los conceptos de seguridad humana y
seguridad ciudadana y centra sus acciones en las y los ciudadanos.
En términos de desafíos, el Cuaderno presenta una serie de acciones enmarcadas en tres
estrategias: de prevención, de control y de fortalecimiento de las instituciones encargadas de la
convivencia y la seguridad ciudadana en el país.
Una política de carácter democrático y de respeto a los derechos fundamentales que, según el estudio, debe tener en cuenta la participación ciudadana, la focalización de las acciones y el fomento de políticas locales de seguridad, entre otros factores, y hacer especial incidencia en la violencia de género, y en particular en la violencia intrafamiliar.
“Los inestimables costos humanos y los cuantiosos costos económicos que genera la violencia
y la delincuencia en el país requieren de la voluntad política y del compromiso ciudadano
necesario para construir juntos las soluciones que permitan a la actual generación de
salvadoreños y salvadoreñas y a sus descendientes convivir en una sociedad en paz y más
desarrollada” concluyó Rohr.
martes, 13 de mayo de 2008
Diesel a US $ 4.50
El sector del transporte de carga prevé que el precio del diésel superará los $4.50, y pide soluciones al Gobierno.
German Rivas
economia@laprensa.com.sv
Fecha de actualización: 13/05/2008
El aumento en los precios del petróleo podría provocar un alza récord en los combustibles en el mercado local. El diésel, por ejemplo, podría llegar a $4.58 por galón, en promedio, en la zona central del país.
De acuerdo con estimados de la Asociación Salvadoreña de Distribuidores de Productos de Petróleo (ASDPP), tomando como referencia las variaciones internacionales del barril de crudo que ayer rebasó los $126, el valor de las gasolinas en el país podría subir $0.20, mientras que el del diésel $0.26, aunque son las petroleras en el país las que decidirán aplicar o no las variaciones según sus políticas particulares de comercialización.
De hacerlo, el precio promedio de la súper sería de $4.47 y el de la regular, $4.15; aunque en la zona oriental del país podrían rebasarse.
En un año, el precio del diésel subió 57%; es decir, $1.56 por galón mientras que las gasolinas subieron $0.55 en promedio, en el mismo periodo.
Impacto en transporte
La nueva alza en el diésel tomó por sorpresa ayer a los representantes de los transportistas de carga en el país. Para Nelson Vanegas, presidente de la Asociación Salvadoreña de Empresarios del Transporte de Carga (ASETCA), la situación de incrementos es insostenible y pidió al Gobierno tener mayor participación en el mercado de hidrocarburos.
“No solo el sector debe afrontar esto, sino que se deben revisar las propuestas que hemos brindando y dar respuesta. Se necesita la participación del Gobierno o Asamblea Legislativa para evitar el libertinaje en el mercado de hidrocarburos”, dijo.
El líder gremial agregó que debe fomentarse la comunicación entre sector privado, transportistas y Gobierno para atender el tema de alzas en derivados del petróleo y evitar así acciones como las ocurridas en Nicaragua.
En el vecino país el sector transporte de carga, taxistas y buses interurbanos mantiene un paro de labores que lleva ocho días y ya afecta el suministro de alimentos como papa, cebolla, tomate y yuca.
Julio Villagrán, director ejecutivo de la ASDPP, afirmó que “el tema transporte se vuelve complicado, porque en el de carga podrían haber protestas”. Las constantes alzas también impactarían el gasto que el Ejecutivo mantiene en energía a través del subsidio, afectando las finanzas del Estado por la generación de electricidad utilizando búnker.
Por su parte, Raúl Alfaro, presidente de la Asociación Salvadoreña de Transportistas Internacionales de Carga (ASTIC), afirmó ayer que la gremial se prepara para anunciar otra alza a las tarifas de fletes, ahora que el precio del diésel rebasó los $4.50.
“Vamos a subir (tarifas); ni logramos llegar al mes con el incremento anterior. A Guatemala cobraríamos $660; esperamos que el sector privado sea consecuente con nosotros porque es la única alternativa que tenemos”, dijo.
A escala internacional, el precio del barril del petróleo tuvo una leve baja, y cerró en $124.23 en Nueva York.
“Es insostenible la situación. Solo le pedimos apoyo a empresa privada a ajustar tarifa.”
Nelson Vanegas, presidente ASETCA
“Un paro no es consecuente, pero si la empresa no quiere pagar tarifas no se puede trabajar porque perdemos.”
Raúl Alfaro, presidente ASTIC
En diésel
$1.56
es lo que subió de precio en un año, lo que implica un alza del 57%.
Proyección
$0.26
Se prevé como incremento en el precio del diésel para esta semana.
Barril
$126.4
Fue el nuevo precio récord alcanzado ayer para el petróleo.
El Estado Virtual de El Salvador
Fecha de actualización: 11/20/2007
Las compras del gobierno de El Salvador estarán en internet, como parte de un proceso de modernización motivado por el dr-cafta.
El Gobierno se prepara para adquirir bienes y servicios vía internet mediante la puesta en marcha de CompraSal, el cual promete posicionar a El Salvador como uno de los países de vanguardia en el sistema de compras de la región.
La coordinadora del proyecto, Victoria Eugenia Mirón, dijo que el proceso fortalecerá la posición del país en el marco del DR-CAFTA y de los nuevos acuerdos comerciales que negocie el país, pues facilitará la participación de empresas tanto nacionales como internacionales.
El modelo se desarrollará en 10 etapas, de las cuales ya está operativa una, denominada Módulo de Divulgación de Información, conocido como MODDIV.
El sitio web www.comprasal.gob.sv es el rostro del sistema, que se convertirá en una ventanilla virtual de licitaciones del Estado.
En el diseño de CompraSal y su puesta en marcha participaron la Secretaría Técnica de la Presidencia y los ministerios de Hacienda y Economía, con el auspicio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
CompraSal integra a las 384 instituciones del sector público involucrado en las contrataciones, desde los “pesos pesados” del gobierno central hasta las alcaldías más remotas del país, con el objetivo de volver más transparentes los procesos.
El proyecto
Además del módulo de Información, CompraSal desarrollará los siguientes: Administración de Contratos, Portal de Pagos, Compras Menores, Generación de Reportes, Registro de Proveedores, Gestión de Garantías, Mesa de Ayuda, Licitaciones y Calificación de Resultados.
La aspiración de la Secretaría Técnica, afirma Mirón, es lograr concretar un sistema de compras por catálogo, al cual puedan acceder las instituciones involucradas para realizar sus compras en línea, al estilo de portales como Amazon y similares que funcionan en el mundo.
Los próximos módulos que se intregrarán son los de Mesa de Ayuda, el cual consiste en un centro de llamadas que atienda las inquietudes de los interesados; Gestión de Garantías, que monitoreará el vencimiento de los contratos; así como el Registro de Controversias, que dará seguimiento a los fallos en el sistema de compras.
“En el proceso se involucra a las UACI desde el diseño del prototipo. Este sistema será un boom de las compras públicas.”
Cambio de Población Censada
http://www.laprensagrafica.com/enfoques/1053313.asp
El Salvador se recompone
La espera terminó. Al fin se conocen detalles de los censos que el Gobierno hizo en mayo del año pasado, y no son pocas las sorpresas.
Aunque las autoridades ya habían adelantado que las proyecciones oficiales basadas en el censo de 1992 no iban a calzar, las diferencias han sido abismales.
Uno de los primeros mitos caídos es el de los 7 millones de habitantes, ya que la cifra final de residentes en El Salvador fue de apenas 5.7 millones.
“Desapareció” uno de cada cinco salvadoreños. La pérdida de habitantes se ha cebado más con los departamentos de San Miguel, La Unión y San Salvador, cuya área metropolitana se derrumba en contra de todo pronóstico. Ni la capital ni municipios como Santa Tecla, Apopa o Soyapango son lo que se creía. En el lado opuesto, Tonacatepeque emerge como el mayor exponente de crecimiento inesperado, escoltado por ciudades como Colón, San Juan Opico, Armenia, San Pedro Perulapán, Suchitoto y el Bajo Lempa. El país ha sido redibujado y con él deberán cambiar indicadores, tasas y proyectos.
Glenda Girón
Tonacatepeque es el duodécimo municipio más poblado del país. Oficialmente tiene ahora 90,896 habitantes. Tonacatepeque supera a San Martín, a Antiguo Cuscatlán, a Sonsonate, a Usulután, a Cojutepeque, a San Marcos, a nueve de las 14 cabeceras y a 250 municipios de El Salvador.
Y sin embargo, cuando los tonacas necesitan hacer una transacción bancaria, se les antoja comer en un restaurante de comida rápida o quieren comprar en un supermercado, no tienen más opción que irse de su municipio. En Tonacatepeque no hay Pollo Campero, ni Banco Cuscatlán, ni Súper Selectos.
Lo que sí abunda es toda suerte de urbanizaciones en las que pulula un número de habitantes que es casi el doble de lo que se creía que pululaba. Tonacatepeque es también una de las excepciones, un municipio que se erige como fenómeno de crecimiento poblacional en un país que, según el Censo Poblacional y de Vivienda 2007, tiene 1.4 millones de habitantes menos de lo que el Gobierno había proyectado.
Enfoques halló en un servidor público de internet el documento “Presentación final del Censo de Población y Vivienda de El Salvador 2007”, un detallado informe de 54 páginas —creado el 18 de abril— en el que se recogen los principales datos del censo que la Dirección General de Estadística y Censos (DIGESTYC) del Ministerio de Economía realizó en mayo de 2007. Los datos fueron verificados con distintas fuentes oficiales.
Son los resultados del nuevo censo los que recomponen el peso que Tonacatepeque tiene dentro del Área Metropolitana de San Salvador (AMSS), y de todo el país. Se oficializa lo que para muchos residentes era obvio. Nada raro resulta ahora que el director de la escuela más cercana al centro de Tonacatepeque reconozca que cada año deben negar la matrícula a 150 estudiantes por falta de espacio. Y eso que en la Presbítero Nicolás Aguilar se atiende a más de 45 escolares en cada sección, cuando esa cifra es la máxima permitida por aula en las leyes de Educación.
En esta escuela, los niños escriben topando codos con sus compañeros. André Curruchaga, el director, apunta a la ubicación como una de las razones por las cuales los padres de familia prefieren este centro escolar. Los niños llegan y se van solos. A la mayoría de padres de familia no les es posible llegar a casa a la hora de almuerzo, y menos pueden recoger a sus hijos en la escuela. Porque Tonacatepeque es eso, un municipio dormitorio que se rellena de adultos solo al final de la jornada laboral.
José Rafael Pacas trabaja en un complejo de cubículos de Playwood construido al fondo de una galera con añejos vestigios de fiestas. Él es gestor de empleos y la galera es la casa comunal de Tonacatepeque. Pacas fue instalado ahí hace dos meses y medio. Su misión es conectar a los empleadores con posibles empleados. La mayoría de plazas que ofrece tiene sede en San Salvador. En Tonacatepeque apenas hay plazas porque apenas hay fuentes de trabajo que las generen.
Unos 20 minutos en autobús y la carretera Troncal del Norte separan Tonacatepeque de la capital. Entre las razones que encuentra el alcalde para explicar el incremento está esa, la cercanía con el núcleo poblacional más importante del país, ahí donde están los empleos.
En la capital, en San Salvador, a pesar de que el tráfico pesado es una constante, vive menos gente de la prevista.
Como municipio, perdió —perdió— 99,256 habitantes en 15 años. En el censo de 1992 aparecen 415,346 personas como residentes de la capital. Las proyecciones de población que se hicieron basándose en ese resultado apuntaron a que para 2007 la capital rebasaría el medio millón de habitantes. Pero San Salvador quedó debiendo.
El año pasado, los encuestadores del censo encontraron solo a 316,090 residentes. Un 23% menos que en 1992 y un 38% menos que en lo proyectado. Es otra de las sorpresas del censo: se diluye el peso poblacional de San Salvador como ciudad, y del AMSS como microrregión.
Entre lo que la capital también puede ver reducido ante los resultados está el número de concejales en la municipalidad y el monto que recibe del Fondo de Desarrollo Económico y Social (FODES). Esos indicadores se calculan basándose en el numero de residentes.
Tonacatepeque es el único municipio del Área Metropolitana de San Salvador que registra un incremento de habitantes. En las otras 13 ciudades hay menos personas que las que se creía. Incluso en esas que se conocen como urbes de desarrollo, como Santa Tecla. Ella está un 38% debajo de los cálculos, es decir, hay unas 75,000 personas menos. Ocurre lo mismo con Soyapango, Apopa, Mejicanos, Ilopango o Cuscatancingo, lo que permite cuestionar la idea de que desde 1992 se haya dado la migración desde el interior del país que se pronosticó.
Alrededor de los 14 municipios que forman el AMSS, sin embargo, es donde surgen sorpresas como Huizúcar y San José Villanueva que, como Tonacatepeque, son dormitorios y que, como Tonacatepeque, crecieron más que lo proyectado.
En Huizúcar, la población está 35% arriba de lo que la DIGESTYC había calculado para 2007 en este municipio. Y en San José Villanueva, la diferencia a favor es de 18%.
Ambos están en la carretera al puerto de La Libertad.
Las zonas del país que escapan al descenso están bastante bien definidas. Además de los dos municipios citados en el párrafo anterior, hay alzas en el sector de la desembocadura del río Lempa, incluyendo a Zacatecoluca y Usulután; en los municipios turísticos situados cerca de la frontera chalateca de El Poy; en los situados sobre las carreteras que se dirigen hacia Santa Ana y Sonsonate, con Armenia, Colón y San Juan Opico como anclas; y en la extensa región que se ubica entre el embalse de Cerrón Grande y el lago de Ilopango, con Tonacatepeque, Suchitoto y San Pedro Perulapán como los principales receptores. Como departamento, Cuscatlán se ubica ahí, y es el único que tiene más habitantes que lo pronosticado.
Al margen de estos casos, y de algunas excepciones puntuales —Concepción de Oriente, Jucuapa, Tacuba, Turín, un puñado de villas morazanecas...— en el resto de El Salvador hay menos habitantes.
Estimaciones
La segunda edición del libro que recoge las proyecciones oficiales estimadas para todos los municipios hasta 2025 se publicó en noviembre de 2001. En la presentación del informe se aclara que se tomaron en cuenta tendencias de fecundidad, mortalidad y las migraciones internacionales e internas. Parece que no se tuvo mucho tino.
Esos cálculos han sido la piedra angular sobre los que se han levantado indicadores de desarrollo y el mapa de pobreza que es clave en el programa de subsidios a familias pobres que el Gobierno bautizó como Red Solidaria. Tras el censo, sin embargo, se ha confirmado que el reflejo que dan estas aproximaciones no le calza al país.
Y es que los márgenes de diferencia entre la proyección de población y los números del censo son menores al 2% —hacia arriba o hacia abajo— solo en 20 de los 262 municipios. La exactitud más alta se registra en El Triunfo (Usulután). Ahí, la proyección y el dato del censo están separados nada más por cuatro habitantes.
Estas 20 poblaciones son no obstante excepciones a la regla en un mar de diferencias gigantescas entre lo esperado y lo obtenido en materia de población.
Y todo empieza por el hecho de que la población nacional jamás llegó a los 7,104,999 en 2007.
Los encuestadores que recorrieron calles y barrios en mayo del año pasado nada más encontraron a 5,744,113 personas.
Y la diferencia es de 1.4 millones de salvadoreños que no existen —al menos en el país—, pero que fueron tomados en cuenta a la hora de sacar las tasas de homicidios, los ingresos per cápita, la asignación de diputados a cada departamento y las estadísticas que miden la penetración de servicios básicos como la salud y la educación.
Los nuevos números de población, además de para saber cuántos somos, servirán para desatar una reacción en cadena que revelará, en materia estadística, un nuevo país.
En la misma tendencia a ser menos, se encuentran casos que rebasan cualquier expectativa de error aceptable. Existen cuatro municipios en donde la cantidad de habitantes censados es solo la mitad de lo que las proyecciones había dibujado. Son los municipios de Las Vueltas y Nueva Trinidad (ambos de Chalatenango), San Dionisio (Usulután) y Meanguera del Golfo (La Unión).
Y, por otro lado, los resultados del censo también desnudan esos lugares que, por encima de cualquier cálculo de lo más optimista, reflejaron un aumento de más del 80% de la población proyectada. Así aparece Torola (Morazán), el municipio que se robó los titulares de los medios de comunicación al ser el más pobre del país, según el Mapa de Pobreza. Por consecuencia, también fue el primero adonde llegaron los subsidios de Red Solidaria. Con todo y su supuesta pobreza, tiene casi el doble de población de lo que se creía.
Un nuevo pequeño
En San Isidro Labrador (Chalatenango), ni el alcalde Antonio Solís se lo cree. Si se le pregunta cuántas personas residen en el municipio que gobierna, se toma un tiempo, dice que revisará sus registros y al cabo de unos segundos contesta: “502 según la actualización de la unidad de salud”. El número pronunciado por él no llega ni a lo que la DIGESTYC le proyectó para 2007: 638 habitantes. Con esto, San Isidro Labrador era el peque del país, el más ínfimo, ese al que se le monitoreaba durante las elecciones por ser el menor de todos.
Pero todo eso solo estuvo vigente hasta mayo del año pasado. Porque al final del recorrido de los encuestadores y tras completar el análisis de los datos, San Isidro Labrador salió crecido. Solís no gobierna más una población de menos de mil habitantes.
Lo que el censo asigna a este municipio son 2,592 personas. Oficialmente, San Isidro Labrador no es ya el más chiquito. Ese título le quedó a Mercedes La Ceiba (La Paz), con poco más de 600 habitantes censados.
Los otros que engordaron en esa escandalosa proporción de más del 80% sobre proyecciones son Cinquera (Cabañas), que aparece con 1,400 habitantes y, por supuesto, Tonacatepeque.
Cuando hay más gente, también hay más desechos. En Tonacatepeque la basura es uno de los productos que, fuera de todo cálculo, representa un problema y una inversión en mayúsculas. Al mes, la municipalidad invierte $21,000 en tratamiento de basura. Porque al día, los 91,000 tonacas producen hasta 35 toneladas de desperdicios.
El trabajo que requiere recolectar esa cantidad de desechos exige recursos. Y en esa medida, quienes se encargan de recogerla forman parte de un batallón de empleados de limpieza que es cuatro veces superior al de los agentes del CAM.
El alcalde de Tonacatepeque es el arenero Edilberto Erroa. Ese nombre y su foto se repiten varias veces en las paredes de la comuna. Las banderas azul, rojo y blanco ocupan el lugar de las cortinas de su oficina y de los adornos en el escritorio edilicio. Para él los problemas del municipio tienen dos causas: el súbito aumento de habitantes y las estrategias políticas de su antecesor de izquierda.
Erroa, quien alcanzó la silla edilicia en 2006, no está de acuerdo con ninguna de las estrategias de su predecesor. Y una de sus principales quejas tiene que ver con la basura, específicamente con los camiones chinos que la administración pasada compró para recogerla. Dice que no solo fueron una mala compra, sino que además dejaron a la municipalidad con una deuda para nueve años, cuyos pagos salen de un FODES de $101,000 al mes, cifra que la lógica y la ley dictan que debería de revisarse.
A Erroa no le sorprende la revelación del censo. Ya allá por junio o julio del año pasado un resultado preliminar llegó a sus manos. Esas cifras ya hablaban de más de 89,000 tonacas.
Los resultados de ese conteo de residentes en el país han sido manejados por las autoridades de Economía con lentitud —han pasado 11 meses desde que terminó el conteo— y con discreción. Ni siquiera a los representantes del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se les cedió el privilegio de conocer todas las cifras con anticipación. Y no porque no las hayan solicitado, sino porque las oficinas gubernamentales cambiaron las fechas de entrega. La última que quedó frustrada fue la del 28 de abril. La presentación oficial del censo por parte del Ministerio de Economía está prevista para mañana.
Erroa, el alcalde tonaca, cuenta que la cifra de su municipio le fue entregada como una especie de deferencia por haber colaborado con recursos humanos y logísticos a la realización del censo. Y aunque se imaginaba que para nada sería similar a la de las proyecciones, le deslumbró que fueran tantos.
Y es que este municipio es un mosaico de contrastes. El casco urbano es una composición de calles adoquinadas tapizadas de excremento de vaca. En un día de semana, la gente que camina por las vías céntricas es poca y el número de vehículos que circulan es tan bajo que permite que los peatones vayan a sus anchas por la calle con más cuidado de no pisar una gracia de vaca que de evitar que los atropellen.
Hacia el sur, a seis minutos de ese casco urbano con cara de pueblo están las Altavistas. Un conglomerado de pasajes, polígonos y avenidas que presentan el rostro y los problemas de una urbe. En esas casas con sala-comedor, cochera y tres cuartos, el agua es un beneficio que se disfruta de 10 de la noche a 10 de la mañana. Antes era peor.
Hacia el norte están el Distrito Italia y San José Las Flores. La primera es una zona de conflicto. Ahí, la directora de la unidad de salud, Mitzy Álvarez, dice que la razón por la que no se llena la clínica no tiene nada que ver con la cantidad de habitantes, que son muchos, sino con los pandilleros que este año han hecho blanco de golpes hasta a un estudiante de enfermería que laboraba en este centro asistencial. “Por eso ya no vienen los de San José Las Flores”, se resigna.
Igual que en el Distrito Italia, en San José Las Flores habita una gran cantidad de familias. Las calles, sin nada de verde y copadas de sol, están llenas de casas de no más de 30 metros cuadrados. Adentro no tienen ninguna división, son un solo cuarto. Y afuera, en la puerta, todas lucen la calcomanía que las identifica como censadas.
El número de personas que vive casi codo a codo en esas urbes es uno de los argumentos con los que el alcalde explica el sorpresivo repunte. Son muchas personas las que han fundado sus hogares alrededor de las mismas avenidas, pasajes y polígonos.
Lo que no cambia
La cantidad de habitantes dividida entre el área de un territorio es la densidad poblacional. Y El Salvador, aun con una reducción de la población, seguirá siendo el país más densamente poblado de la plataforma continental.
Aquí viven 273 personas en cada kilómetro cuadrado.
Este indicador es solo superado por Haití o un par de islas-estado caribeñas.
En el territorio nacional, la densidad más elevada se registra en el departamento al que pertenece Tonacatepeque, es decir, San Salvador.
Hay 1,768 pobladores por cada kilómetro cuadrado.
El que le sigue, pero desde muy abajo, es el departamento de La Libertad, con 400 habitantes por kilómetro cuadrado.
El tercero y cuarto más densamente poblados son Sonsonate con 358 y Cuscatlán con 306.
En el San José Las Flores de Tonacatepeque, el crecimiento poblacional ha sorprendido hasta la buena fe de los compradores de las viviendas, que, antes de aceptar el negocio oyeron que les ofrecían agua las 24 horas.
Hoy, cuando están amarrados a los pagos de la vivienda, ven caer agua en los grifos solo de 4 a 8 de la mañana. Y la situación, según Miguel Argueta —a quien la empresa constructora ha contratado para manipular las válvulas—, pinta para ponerse peor.
Porque las casas de la loma, las deshabitadas que tienen la calcomanía del censo en cada puerta, han dejado de ser comercializadas. Ya que son las que, en teoría, ocuparán los desplazados de las comunidades marginales de Antiguo Cuscatlán.
“Más gente, menos agua”, razona Argueta.
Y si es cierto que a más gente menos recursos, también es cierto que cuando hay menos comensales la comida abunda más. Ese parece ser uno de los cristales con los que se puede ver el hecho de que de 2002 a 2007 el país se haya hundido en una reducción de la natalidad, al punto de que los menores de cuatro años solo representan el 9.4% de la población. En el siguiente grupo, el de 5 a 9 años, también es claro indicio de un descenso en la fecundidad.
La parte más ancha de la pirámide que resulta de ordenar los salvadoreños en intervalos de cinco años es la que abarca de los 10 a los 14 años, es decir, la generación nacida desde que se firmaron los Acuerdos de Paz hasta 1997. Este grupo representa el 12.3% de la población. Es el más numeroso.
El documento brinda una explicación: “La finalización del conflicto interno que vivió el país hizo que nacimientos postergados por las parejas se tuvieran en esos años”.
En comparación con el censo de 1992, la población menor de 15 años refleja una pérdida de cinco puntos porcentuales. Mientras que en 1992 el 38.7% de la población estaba en ese rango, para 2007 bajó al 33.9% de los salvadoreños.
Las proyecciones poblacionales que broten del nuevo censo dibujarán a un país con menos presencia de niños. Las conclusión que nace del análisis de resultados es que el número de personas en edades dependientes seguirá reduciéndose durante las siguientes dos décadas.
Así, si hace 16 años había 78 personas dependientes por cada 100 en edad activa; en 2007 la proporción fue de 69 por cada 100 activos. Un hecho que, bajo una visión demográfica, es positivo. La población crecerá menos, y el número de personas en edad de trabajar se ensanchará en las próximas décadas.
El Salvador, de a poco, se ajusta un nuevo traje.
jueves, 1 de mayo de 2008
Escasez de alimentos en Centroamérica
Publicado el 04-23-2008
Alertan posible escasez de productos agropecuarios en Centroamérica
SAN JOSÉ, Costa Rica, abril 23 (EL UNIVERSAL).- Acosados por una constante alza del precio internacional de los granos básicos y sometidos a una acelerada inflación por el aumento diario en el costo mundial del petróleo, Centroamérica encendió las luces de una alerta alimentaria que, a corto plazo, amenaza con provocar una severa escasez de productos agropecuarios.
Con una inflación regional de 6 por ciento en 2007, Centroamérica sufre escasez y encarecimiento de trigo, maíz, arroz, frijol, hortalizas, verduras, ajonjolí y ganado menor (cerdo, pollo y otras aves), vitales en la dieta de sus habitantes, y debe aumentar la producción de granos.
Pero las opciones chocan con las escuálidas finanzas del área, drenadas por una factura petrolera de unos 6 mil millones de dólares al año y un déficit comercial de más de 24 mil millones de dólares en 2007, según datos oficiales.
“La crisis es grave”, dijo Cirilo Otero, director del Centro de Iniciativas de Políticas Ambientas (CIPA), ente no gubernamental de Managua, Nicaragaua.
“El Salvador es poco terreno y poca agua.
Honduras sufre sequía y agotamiento de sus suelos.
Guatemala es una topografía quebrada, poco fértil y dedicada a la producción forestal.
Costa Rica se destina menos al agro, es más forestal y optó por turismo y la defensa de la ecología para proteger tierras.
Panamá es más canal interoceánico, comercio y finanzas y es un pedacito de tierra montado en el mar”, añadió.
“Por eso, Nicaragua es la clave para resolver la crisis alimentaria”, explicó, en una entrevista con EL UNIVERSAL.
“Es paradójico: Nicaragua es el único país del istmo con capacidades físicas, agroecológicas y topográficas, con grandes planicies, para la producción agropecuaria. Pero hoy es el que tiene menos posibilidad tecnológica y financiera”, añadió.
La alarma obligó a convocar a tres encuentros. Los ministros centroamericanos de Agricultura se reúnen este jueves en Panamá, irán el sábado a Nicaragua a recibir a sus colegas del Caribe y cerrarán el 7 de mayo en Managua con una cumbre presidencial a la que invitaron al presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
De manera coincidente, un pacto de cooperación en soberanía y seguridad alimentaria fue suscrito hoy en Caracas por Chávez, los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y de Nicaragua, Daniel Ortega, y el vicepresidente de Cuba, Carlos Lage.
Aunque sufre escasez de leche en polvo, avena, azúcar, aceite vegetal, arvejas, lentejas, arroz y harina de trigo, Venezuela planea financiar proyectos de producción de granos básicos en Centroamérica.
El 60 por ciento del crudo que Chávez vende al istmo se paga al contado, pero el resto es a crédito y a largo plazo y se utilizará para los programas agrícolas.
Nicaragua sugirió reducir tarifas para importar alimentos e insumos, transferir ingresos a familias pobres y lanzar planes de nutrición escolar, huertos familiares, semilla certificada y bonos productivos alimentarios de la pequeña agricultura.
Ortega propondrá “un plan de alerta alimentaria”.
Fiel a su armamentismo, el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, dijo que para desplegar un combate efectivo contra la pobreza, urge edificar “almacenes para alimentos” en vez de gastar en armas, en una zona donde más de la mitad de sus casi 38 millones de habitantes vive en la miseria y existen crecientes escenarios de hambruna.